“¡Yak, do, say, harakat!” (“¡un, dos, tres, acción!”), grita en dari Max, el director. En una calle de Kabul, un equipo de rodaje afgano toma los primeros planos de una serie televisiva de inspiración feminista, algo nunca visto en Afganistán.
Shereen, el personaje principal, entra en escena. Hace la compra en un pequeño bazar ambulante de Kabul. Su marido, un hombre posesivo y brutal, la agarra. La mujer, que lucha por su emancipación, se rebela y estalla un altercado. Casi no sucede en la sociedad de Afganistán (sarcasmo)
En la serie ‘Shereen’s law’, que será difundida antes de finales de año, Shereen tiene 36 años y educa sola a sus tres hijos, compaginándolo con su carrera de secretaria judicial en un tribunal de Kabul. Y no sólo eso, la protagonista lucha contra la corrupción, el acoso, las violaciones e intenta divorciarse del hombre con el que la obligaron a casarse.
Más de 13 años después de la caída de los talibanes, nunca se había hecho una serie así en este país tan conservador.
El ‘cásting’ no ha sido fácil y muchos actores se echaron atrás por el guión. Una de las actrices que hacía de abogada amiga de Shereen tuvo que renunciar debido a la oposición de su marido. Otro actor, que encarnaba a un juez corrupto, tiró la toalla por miedo a presiones.