oció que existen riesgos en torno a la inflación, como los precios de los energéticos y de ciertos alimentos. Por lo tanto, seguirán vigilando de cerca la evolución de estos precios y ajustando su postura monetaria según sea necesario.
En conclusión, el Banco de México seguirá manteniendo una postura flexible en su política monetaria, evaluando los diversos factores que puedan afectar la inflación y tomando las decisiones necesarias para mantenerla bajo control. Con un ciclo de recortes en marcha, es posible que veamos más reducciones en la tasa de interés en los próximos meses, siempre en función de la evolución de la economía y la inflación en el país.







