El presidente mexicano, Felipe Calderón, confirmó a su homólogo estadounidense, Barack Obama, que la participación del Ejército en la lucha contra el tráfico de drogas es temporal, reveló este martes el nuevo embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual. “El presidente Calderón le dijo (a Obama) que el Ejército no es la solución permanente” y que su papel en el combate al narcotráfico lo deberá asumir “una policía civil”, explicó Pascual en el aeropuerto de la capital mexicana durante su primera rueda de prensa como responsable de la embajada estadounidense.
Según Pascual, el mandatario mexicano expuso su posición a Obama en el marco de la cumbre trilateral de América del Norte que tuvo lugar el pasado domingo y lunes en Guadalajara (oeste de México). El diplomático también anunció que el gobierno estadounidense tiene previsto enviar la próxima semana al Senado un informe sobre los Derechos Humanos en México que incluirá “la necesidad de transparentar” las acciones del Ejército.
ONG’s como Human Rights Watch (HRW) sostienen que algunos de los más de 36.000 militares mexicanos desplegados contra el narcotráfico cometen graves violaciones de los derechos humanos y que no son castigados, acusaciones desmentidas el lunes por el propio Calderón. Pascual, quien presentó sus credenciales el domingo, indicó que el gobierno mexicano está preparando a sus cuerpos policiacos para que asuman la dirección del combate al crimen organizado y que dentro de ese proceso fueron capacitados en las últimas semanas unos 1.500 agentes por inspectores de cinco países.
El embajador designado por Obama llega a México tras una carrera de 23 años en el Departamento de Estado en la que se especializó en países golpeados por conflictos civiles. “México no es un estado fallido”, aclaró Pascual, sino “parte del liderazgo del mundo”. Según cifras oficiales y de prensa, los cárteles de la droga han cometido unos 9.600 homicidios desde 2008 en todo México pero fundamentalmente en su frontera con Estados Unidos