Hace unos años atrás comencé a tener unas molestias en un brazo y fui mal diagnosticada por el médico que me revisó. Hace un año y meses otro tipo de molestias aparecieron en mi cuello, el médico â??especialistaâ? me diagnosticó un esguince, estuve dos semanas con collarÃn (no de uso continuo) y comencé con las terapias de rehabilitación fÃsica pero en lugar de mejorar los dolores se fueron incrementando y esparciendo por mi espalda y por los brazos. Los dolores en los brazos eran intensos, además de sentir que me quemaba por dentro.
Mi caso llegó a oÃdos del que fuera después mi traumatólogo y me mandó al hospital a hacerme una resonancia, estuve internada 4 dÃas. El diagnostico: 2 hernias en las cervicales, las cuales lastimaban los nervios de los brazos y de ahà la razón de mis dolores. El tratamiento: podÃa escoger entre dos cosas, una cirugÃa o vivir con mis hernias y tratarlas con medicamentos y terapias que ayudarÃan a disminuir los dolores hasta reducirlos a nada y vivir con molestias intermitentes por tiempo indefinido. La segunda opción podrÃa ser larga, pero sin riesgos.
En su momento decidà tomar por la segunda opción y darme un tiempo para tratar de aliviarme antes de intentar una cirugÃa que serÃa el último recurso; al comenzar mi primer tratamiento los dolores disminuyeron pero se me empezaban a dormir las palmas de las manos o los brazos, tenÃa cierto control de ellos, pero los sentÃa dormidos, algunos dÃas me resultaba casi imposible cambiarme. Asà comenzó un camino lleno de medicamentos y visitas diarias a terapias fÃsicas, por otro lado, intenté con cualquier cantidad de medicina alternativa que me fuera recomendado, estaba empeñada en evitar pisar el quirófano a toda costa.
Mi vida social se vio reducida a casi nula, si me sentÃa bien me animaba a salir con mis amigos, pero mis molestias aparecÃan casi inmediatamente y aunque yo no dijera nada, el dolor podÃa verse reflejado en mi rostro, era demasiado evidente. Pasé por momentos muy dolorosos, fÃsicos y emocionales, pues la mayorÃa de mis conocidos no entendÃan la magnitud del dolor, lo podÃa ver en sus expresiones, yo creo que esperaban ver que los brazos se me pusieran verdes para poder creerme. Si yo hubiera tenido el mismo problema en las lumbares no hubiera podido caminar por el dolor.
Antes de cumplir un año con el diagnostico vino la decisión de la cirugÃa. Yo no podÃa más con ese estilo de vida casi casi ermitaña además de estar cansada de tomar cualquier cantidad y tipos de medicamentos que muchas veces ni siquiera disminuÃan mi dolor y los que si, alteraban mi cerebro, mis famosas â??happy pillsâ? las más fuertes hacÃan que caminara agarrada a la persona o cosa más cercana para no caerme.
La cirugÃa fue un dÃa antes de mi cumpleaños (si, pasé mi cumpleaños en el hospital) y aún que mi primera noche ahà fue la más horrible de mi vida, ahora lo considero como el mejor regalo de cumpleaños que he tenido jamás. Mi recuperación fue bastante rápida, a las 4 semanas ya estaba de vuelta en el trabajo y comencé a recuperar mi vida social y en general mi vida.
Los cambios fueron muy notorios, pues se podÃa notar desde la expresión de mis ojos, de alguna manera volvà a ser yo pero de una manera renovada. La cicatriz de la cirugÃa esta a la vista de todos, pues es en el cuello, pero pasa casi desapercibida por parecer un pliegue del cuello, pero para mà no; toda esta experiencia fue de cierta manera como tocar fondo y salir avante, la cicatriz es solo un recordatorio de lo que soy capaz de hacer.
Agradezco a todos los que estuvieron conmigo durante este pequeño viaje de renovación, pues es asà como yo lo veo, porque ahora me siento otra, la misma, pero renovada.
Ahora ya sabes porque soy biónica, pues llevo 2 implantes de disco (no son injertos óseos mÃos), una placa y 6 tornillos de titanio en mi columna. La cirugÃa: http://catalog.nucleusinc.com/enlargeexhibit.php?ID=30870
A ti, ¿Qué te ha hecho cambiar tu vida?
Tania Garza. Lic. En Administración, ferrocarrilera, malvadina, biónica y algunas veces diva.