Canadá se convertirá en la primera nación del Grupo de los Siete (G7) en legalizar la marihuana con fines recreativos, para ello en 2016 adoptará una ley que regulará su consumo.
El nuevo gobierno liberal del primer ministro Justin Trudeau se apresta a adoptar el próximo año “medidas legislativas (…) que legalizarán y regularán el consumo de marihuana y limitarán el acceso a esta sustancia”, según el gobernador general, David Johnston.
Canadá se convirtió en el primer país del mundo en regular el consumo de marihuana para uso medicinal y de ahora en adelante será la primera nación del G7 en legalizar su consumo con fines recreativos.
Ahora los activistas por la legalización están más cerca que nunca de lograr que el Congreso apruebe una ley que permita el consumo personal para recreación.
De acuerdo con una encuesta realizada por el Foro de Investigación, más de dos tercios de los canadienses estaban a favor de la despenalización de pequeñas cantidades de marihuana o de su completa legalización.
El uso recreativo de la marihuana en Canadá es alto. En 2007 su consumo supuso cuatro veces la tasa mundial, según un estudio publicado por Naciones Unidas.
En 2013 un estudio encontró que el 28 por ciento de los canadienses de entre 11 y 15 años había fumado marihuana en algún momento el año pasado.
El nuevo primer ministro canadiense reconoció durante su campaña que había fumado marihuana al menos en cinco o seis ocasiones de su vida, una de ellas en 2010, cuando se desempeñaba como diputado ante el Parlamento.
Aunque el uso recreativo de la marihuana sigue siendo ilegal, los cambios recientes en la legislación han permitido a las empresas con licencia comenzar a producir y enviar la marihuana medicinal a los pacientes.
Las nuevas leyes sobre la marihuana están controladas en todo el país. Sin embargo, las ventas futuras para uso medicinal podrían inyectar miles de millones de dólares en la economía canadiense.
De acuerdo con la Ley de Drogas y Substancias Controladas, la posesión de marihuana es ilegal en Canadá. La posesión de cantidades pequeñas supone una pena de cárcel de seis meses o una multa de 1000 dólares.