Tanto la oficialista Dilma Rousseff como el opositor Jose Serra, los dos candidatos que dirimiran el 31 de octubre (en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales) quien reemplazara al presidente Luiz Inacio Lula Da Silva, se apuraban ayer para seducir al Partido Verde (PV) y a su candidata, Marina Silva, que recibio mas de 19 millones de votos en los comicios del domingo, hasta convertirlos en el arbitro de una eleccion que se presume peleada.
Primero fue Serra (PSDB), contento y esperanzado por haber logrado el segundo turno electoral, quien comenzo a cortejar electoralmente a la ex ministra de Medio Ambiente. El partido Verde siempre me apoyo en San Pablo; tanto cuando fui prefecto y cuando fui gobernador. Elementos de aproximacion existen y espero sinceramente que esto acontezca, dijo ayer Serra al salir del velorio de Aecio Ferreira de Cunha, padre de Aecio Neves, el ex gobernador de Minas Gerais.