¿Carlota y Fabio me extrañaran?, ¿los peces extrañan?, ¿pensaran que los he abandonado?, ¿se preguntaran dónde estoy?, ¿se imaginaran que son los protagonistas de mi columna de los martes?
Carlota y Fabio aun viven. Sí, me preocupaba que perdieran la vida, pero sin duda, están en buenas manos cuidados por mi primo Juan An. Pero, ¿me pregunto si Carlota y Fabio se acordaran de mí?, confieso que tengo remordimiento de consciencia de haberlos dejado encargados con Juan An, ¿que va de cincuenta días a diez, que fue la negociación inicial?, mucho va de diez a cincuenta, es mas allá de un favor, viene siendo como un alquiler, que aunque no negociado, se liquidara con algún regalo.
Carlota y Fabio deberían de estar aquí conmigo, para que en mis mañanas y en mis noches sean lo primero y lo último que vea y me recuerden que ellos están ahí para mí y por mí. También confieso, que extraño a mis compañeritos y casi hijos de menos de diez centímetros que nadan, comen y se me quedan mirando fijamente a través de la pecera.
Es porque en la tranquilidad de noche de Xalapa, me doy cuenta que duermo sola. Es, porque en mis noches en México, podre dormir sola, pero me siento acompañada por Carlota, Fabio y cada una de mis noches.
Es en la tranquilidad de la noche cuando pienso en ellos, cuando pienso en mi responsabilidad y los extraño. Son Carlota, Fabio y la noche los que me ponen a pensar, los que me llevan a reflexionar en esas responsabilidades que se esfumaron de mis manos y que quiero volver a recuperar. Es en la tranquilidad de la noche, cuando antes de dormir, extraño
*Ana Laura Martinez Escritora | Columnista | Video Blogger | Creativa | Genero contenido online, para Radio y Television
Querida Ana Laura:
Somos Carlota y Fabio. No te queremos hacer sentir mal pero te extrañamos. Tu primo es buena onda, nos da de comer, pero no es como tú. Tú nos platicas, nos saludas, nos quieres… nos quieres? pensamos que sí… (pensamos!) sabemos que sí. Lo que sí, queremos que nos traigas algún regalito… comida? una nueva plantita? un juguete!! Lo que tú quieras nos hará feliz. Si cuando regreses ves la pecera rayada, es que son las rayitas de los días que vamos contando… esperándote.
Así que no te preocupes. De aquí, de nuestra pecera, no nos vamos.