Esa mañana sólo dos voces gritaban por Paulette: las de las hermanas Ã?rika y Martha. Sus padres estaban ahÃ, en el departamento de Interlomas: â??La señora Lisette, dormida, y el señor Mauricio como si no escuchara lo que le decÃamos, que la niña no aparecÃaâ?
â??El lunes entré a la recámara de Paulette para despertarla como lo hacÃa todos los dÃas; no estaba. Busqué debajo de la cama, en los closets, en el baño de su cuarto; enseguida escuché la voz del señor Mauricio en la cocina, fui a buscarlo. Le comenté que la niña no estaba en su cama ni en su cuarto. Fui a la recámara de mi hermana para preguntarle si Paulette estaba con ella. Comenzamos a buscarla entre las dosâ?, recordó Ã?rika, quien junto con su hermana y los papás de Paulette fue arraigada casi una semana mientras se buscaba a la niña.
â??Regresé con el señor Mauricio, me indicó que revisáramos bien; mientras tanto, él permanecÃa aún en la cocina. â??Ha de estar por ahÃ, búsquenla bienâ??, decÃa, â??quizás se bajó a los juegos, o está en el jardÃn, a ella le gustan mucho los juegos, vayan abajo, a la alberca, al gimnasio, pregunten a los vigilantes, a los jardineros, suban a cada una de las torres, busquen por las escaleras, suban hasta el piso 15, pregunten en cada departamentoâ??, iba indicando el señor Mauricio, aún desde la cocina, y sin mayor intento de buscar. Después de un rato nos alcanzó abajoâ?, afirmó Ã?rika en su casa en Pueblo Nuevo, Villa del Carbón, donde se fueron una vez liberadas.
Las niñeras obedecieron: continuaron buscando, sin éxito.
â??Volvimos a recurrir al señor y nos dijo que le avisáramos a la señora; toqué a la puerta, ella no respondÃa; después, ya desesperada, entré sin tocar a la recámara. Le hablé más de tres veces pero la señora Lisette no contestaba; cuando finalmente despertó y supo que su hija no estaba, se levantó y se sentó a la computadora mientras fumaba un cigarro y tomaba café, y lo único que me decÃa a lo largo de los dÃas posteriores a su desaparición era que no me preocupara, que la niña iba a aparecer en cualquier momento, que Paulette estaba bien. Yo los veÃa tranquilos, muy tranquilosâ?, dijo Ã?rika.
â??Pasaron aproximadamente 30 minutos antes de que la señora reaccionara; después de un largo rato, el señor Mauricio comenzó a buscar con nosotras. Después la señora bajó al vestÃbulo y pidió que se revisaran las cámaras, que se hablara con el administrador, pero estaba tranquila, no era una mujer violenta, sino más bien su reacción fue la de no darle importancia a lo que estaba ocurriendoâ?, continuó Martha Casimiro