Decenas de personas asisten a la sala de emergencias del Centro Médico Sutter Solano todos los días en esta ciudad del norte de California azotada por la recesión. Con frecuencia no tienen seguro médico ni dinero, y son indocumentados. Pero todos reciben atención médica, sin que nadie haga preguntas incómodas.
Varios centros de salud de Vallejo crearon un programa de asistencia médica para personas de bajos recursos que no toma en cuenta el status migratorio de los pacientes y que ha generado muchas críticas, pues se usa dinero de los contribuyentes para ofrecer servicios a indocumentados.
El caso fue analizado por un jurado investigador y por la junta municipal.
La iniciativa sobrevivió, pero el revuelo que generó es un recordatorio de lo delicado que es el tema de la atención médica de los indocumentados en Estados Unidos, ya sea en Vallejo o en Washington, donde los legisladores tratan de evitar el asunto en las negociaciones de una reforma al sistema de salud.
Los indocumentados representan una tercera parte de los aproximadamente 24 millones de personas de menos de 65 años que se quedarían sin seguro médico si se aprueba el proyecto de ley de salud que se ventila en el Congreso.
El programa de Vallejo, ciudad de 120.000 habitantes al noreste de San Francisco, surgió de la necesidad de aliviar la carga de salas de emergencia que no daban abasto y de equilibrar los presupuestos de los hospitales.
Vallejo fue muy afectada por las quiebras hipotecarias y se declaró en bancarrota en mayo del 2008. Un creciente desempleo dejó a mucha gente sin los seguros médicos de sus trabajos y la cantidad de personas que se presentaban en la sala de emergencia del Sutter Solano aumentaba año tras año, lo mismo que el porcentaje de pacientes que no enfrentaban situaciones de emergencia. Los centros de salud, no obstante, están obligados por ley a atender a toda persona que se presente con un problema físico, por menor que sea y tenga o no recursos para pagar.
La recesión agravó el panorama. En los dos últimos años hubo un aumento del 51% en la cantidad de gente que va a la sala de emergencias con problemas que se arreglarían con una visita al médico. La atención de pacientes sin seguro médico, con problemas menores, le costó al hospital 1,8 millones de dólares este año.
El programa de Vallejo hace que el hospital atienda solo las verdaderas emergencias. El resto de los pacientes es derivado a una clínica, donde se les cobra según una escala que tiene en cuenta sus ingresos.
Los participantes en el programa dicen que están ahorrando dinero, porque resulta más económico ofrecer al paciente tratamiento preventivo en una clínica que estar recibiéndolo a cada rato en la sala de emergencia. Los pacientes también están satisfechos con el arreglo.
Sergio Santana era un pintor sindicalizado que se quedó sin trabajo y sin seguro médico. Cuando sufrió una infección en un pie, fue tres veces a la sala de emergencia del Sutter Solano. El costo de su atención fue de 1.600 dólares.
Luego hizo una visita de seguimiento a la clínica y pagó 21,40 dólares.
“Cuando iba al hospital, no pensaba en los costos. Solo me preocupaba el pie”, declaró Santanta, quien es ciudadano estadounidense. “Pero están haciendo un buen trabajo (en la clínica) y pago lo que pagaba cuando tenía seguro”.
El proyecto que debate el Senado impediría que los indocumentados reciban subsidios del gobierno o paguen de su bolsillo por un seguro de salud privado.
El proyecto de la Cámara de Representante veta los subsidios pero contempla la compra de seguros por parte de una persona. De hecho, exige a que todo el mundo saque un seguro, por más que muchos no tengan dinero para hacerlo, según Shana Alex Lavarreda, investigadora del Center for Health Policy Research de la Universidad de California en Los Angeles.
“Está claro: Van a quedar afuera de la reforma”, afirmó Judy Solomon, del Centro sobre Prioridades de Política y Presupuesto (Center on Budget and Policy Priorities).
Eso generalmente implica ir a la sala de emergencia ante cualquier problema médico.
Quienes tratan de contener la inmigración creen que ofrecer atención médica al extranjero representa un incentivo para que venga más gente y no es justo para los contribuyentes, que subsidian esa atención.
Pero en el hospital de Vallejo dicen que el programa que reduce la cantidad de visitas a las salas de emergencia es un paso lógico.
Un año después de comenzar a funcionar, la clínica, llamada así, La Clínica, recibe unos 800 pacientes al mes. Un tercio de ellos son enviados por las salas de emergencia de hospitales.
A pesar de tener La Clínica muy cerca, la sala de emergencias del Sutter Solano recibió este año 6.000 pacientes más que lo anticipado.
“Me asusta pensar lo que pasaría si no tuviésemos La Clínica”, declaró el director ejecutivo del hospital Terry Glubka.
La directora de La Clínica, Monique Sims, dice que el status migratorio de un paciente “es irrelevante”