Chile vigila recuperación de la capa de ozono en la Antártida. Chile instala en la Antártida su primera plataforma de mediciones atmosféricas para controlar los efectos en el cambio climático de la recuperación de la capa de ozono, que según científicos debería completarse en 30 años.
La edificación de la plataforma se realiza en una superficie de 50 metros cuadrados cerca de la base Julio Escudero del Instituto Antártico Chileno (Inach) en la Bahía Fildes de la Isla Rey Jorge, y estaría operativa en abril, según dijo a AFP Raúl Cordero, líder del proyecto y académico del Departamento de Física de la Universidad de Santiago.
“En el montaje de esta plataforma participamos siete personas, pero está destinada para ser operada de manera remota mediante equipos robóticos que serán controlados desde la Universidad de Santiago”, explicó Cordero.
La información que generará tendrá un gran impacto en la comunidad científica abocada a la comprensión de los efectos del cambio climático en la Antártida, debido a la influencia del fenómeno conocido como “agujero de ozono” en el clima.
El agujero de ozono es un proceso de destrucción de este gas que se produce entre los meses de septiembre y diciembre de cada año, favorecido por las bajas temperaturas de la estratosfera antártica en ese período. Cuando las temperaturas suben al final de la primavera, cesa la destrucción masiva de ozono. La extensión del agujero alcanzó los 10 millones de km2 en diciembre, más del doble de lo esperado para esa fecha, según un estudio del Inach y la Universidad de Santiago.
“Lo que esperamos en los próximos 30 años es la recuperación de la capa de ozono y del cierre del agujero, sin embargo, a medida que la capa se recupera va a alterar el balance radioactivo de la tierra”, explicó el académico chileno. “Al recuperarse la capa de ozono podría producir un pequeño calentamiento de la atmósfera, y eso no es bueno porque la Antártida necesita mantenerse helada para mantener el clima actual del planeta”, agregó.
El proyecto comenzó hace un año y se cristalizó gracias al traslado de las ocho toneladas de metal de la plataforma en el buque ‘Aquiles’ de la Marina de Chile desde el continente hasta la Antártida.
El control desde la plataforma se realizará durante 10 años y su manutención se realizará gracias al apoyo del Inach y el Estado de Chile.