Las autoridades chinas intensificaron las tareas para recuperar a las más de 420 personas que se creía estaban atrapadas todavía el miércoles en el interior de un crucero volcado en el río, desplegando decenas de buzos adicionales y una grúa de grandes dimensiones para levantar posiblemente la embarcación.
El naufragio del crucero Estrella del Oriente, un barco de varias cubiertas que navegaba por el río Yangtsé por el sur de China, va camino de convertirse en el desastre marítimo del país en siete décadas. Las autoridades chinas han puesto en marcha una respuesta de alto perfil, mientras ejercen un férreo control sobre la información ofrecida por los medios.
El primer ministro Li Keqiang viajó a la zona del desastre en el condado de Jianli, en la provincia de Hubei, donde pidió esfuerzos “sin cuartel” a tiempo completo. Las autoridades dijeron que el barco volcó en medio de una fuerte tormenta con vientos de hasta 130 kph (80 mph).
Diecinueve cuerpos de víctimas fueron retirados del barco, indicó la televisora estatal china CCTV. La embarcación flotaba boca abajo, con una franja de su casco asomando sobre las aguas grises del río. Un total de 14 personas fueron rescatadas con vida, algunos tras nadar hasta la orilla.
Pero la inmensa mayoría de las 456 personas que iban a bordo seguían sin localizar. Muchos de ellos eran turistas ancianos tomando vistas panorámicas del Yangtsé en un crucero que iba desde Nanjing a la ciudad suroriental de Chongqing.
El equipo de 13 buzos de la marina que registraron el barco el martes – y sacaron a la superficie a tres sobrevivientes atrapados en bolsas de aire luego de oír sus voces a través del casco – se amplió el miércoles a más de 180, que fueron transportados en aviones desde la capital provincial, Wuhan, y de lugares tan lejanos como Guangzhou.
CCTV dijo que los rescatistas estaban decidiendo si cortar el casco volcado – una opción que implicaría que sigue habiendo esperanza de encontrar a pasajeros con vida en bolsas de aire – o girar la embarcación empleando dos barcos en la proa y la popa para fijarlo mientras una grúa le da la vuelta.
El vocero del Ministerio de Transporte, Xu Chengguang, dijo que los buzos seguirían registrando el crucero el máximo tiempo posible bajo las circunstancias actuales.
“Hasta que se pierdan todas las esperanzas y haya disponible información más precisa, no nos rendiremos en nuestros últimos esfuerzos, aunque sé que nuestros colegas en el lugar están enfrentando muchas grandes dificultades”, dijo Xu a periodistas.
El acceso al lugar del naufragio estaba bloqueado por la policía y tropas paramilitares estacionadas a los largo de los diques del río. Decenas de camiones pertenecientes a la Policía Popular Armada estaban aparcados junto a la orilla y al menos dos ambulancias fueron vistas abandonando la zona con las sirenas y las luces activadas.
Funcionarios del Partido Comunista de la región y el Ministerio de Exteriores organizaron un viaje en barco para casi cuatro docenas de periodistas a una zona a entre 100 y 200 metros (yardas) del casco, donde pudieron ver algunas labores de rescate, incluyendo a dos hombres con chalecos salvavidas naranjas de pie sobre el fondo de la embarcación.
Entre los sobrevivientes estaban el capitán y el ingeniero jefe del barco, y ambos están bajo custodia, informó CCTV. Parientes de los pasajeros se reunieron en Shanghái en una agencia de viajes que reservó muchos de los billetes. Los familiares exigen saber si el capitán tomó las suficientes medidas de seguridad con los pasajeros y demandaron a las autoridades locales más información sobre el accidente en escenas caóticas donde tuvo que intervenir la policía.
El capitán y el maquinista en jefe dijeron que la nave se hundió rápidamente tras verse atrapada por el ciclón, indicó Xinhua. El diario People’s Daily, diario dirigido por el Partido Comunista, reportó que el barco naufragó en dos minutos.
Los medios estatales dijeron en un principio que había 458 personas a bordo, pero CCTV indicó el miércoles que el crucero llevaba a 405 pasajeros chinos, cinco empleados de agencias de viajes y una tripulación de 46 personas. La mayoría de los pasajeros tenía entre 50 y 80 años.