Por cada cruce formal con México, Estados Unidos dispuso de la más alta tecnologÃa para contrarrestar amenazas contra la seguridad interior. â??Es algo que nunca hubo en el pasadoâ?, admite José Baeza, portavoz de la PolicÃa de Laredo, el puerto fronterizo de mayor actividad comercial existente entre ambos paÃses. â??Ello no garantiza que la frontera sur deje de ser la gran bodega del narco y mucho menos que aminore el tráfico de drogasâ?.
Ciudades como Los Ãngeles, California; El Paso, Dallas y Houston en Texas, asà como Phoenix, Arizona, son considerados los más grandes depósitos de narcóticos procedentes de México.
De acuerdo con el informe 2009 Ãrea de Alta Intensidad de Tráfico de Drogas (HIDTA, por sus siglas en inglés), Los Ãngeles, una de las comunidades más pobladas de Estados Unidos, con casi 17 millones de habitantes, encabeza la producción, el transporte y es uno de los centros más grandes de distribución de drogas ilÃcitas en Estados Unidos.
De esta región se suministran narcóticos a Atlanta, Georgia; Chicago, Illinois; Cleveland, Ohio; Denver, Colorado; Las Vegas, Nevada; Memphis, Tennessee; Miami, Florida; Nueva York, Nueva York; Omaha, Nebraska; Salt Lake City, Utah; Seattle y Yakima, Washington; St. Louis, Missouri, Oklahoma City, Oklahoma, y Washington, Distrito de Columbia, se asienta en el mismo documento.
En Arizona, las autoridades del Departamento de Justicia, mediante el documento HIDTA-2009, reconocen que los narcotraficantes mexicanos introducen la droga primeramente a Tucson, vÃa Nogales y de ahà la trasladan por las autopistas 8 y 10 a Phoenix. Estas dos ciudades se han convertido en centros de almacenamiento del cártel de Sinaloa.
Tucson y Phoenix son estratégicos para la distribución de heroÃna, mariguana, y metanfetamina, hacia otros mercados de Estados Unidos.
Datos del Centro Nacional de Inteligencia contra las Drogas, dependencia del Departamento de Justicia, sostienen que los cargamentos se introducen mediante una sofisticada red, en la que participan miembros de los cárteles mexicanos asà como pandilleros estadounidenses.
La droga almacenada temporalmente en la frontera es distribuida posteriormente en al menos 230 ciudades del interior, según el mismo informe.
Más decomisos y más drogas
El sheriff Richard Wiles busca en su computadora el más reciente informe sobre decomisos de droga que le fue enviado. En cinco años, el porcentaje de cargamentos detectados en los puentes internacionales de El Paso aumentó considerablemente: 68% en mariguana, 7% en cocaÃna, 237% en metanfetaminas y 14% en heroÃna.
â??Los decomisos han subido. Pero no sabemos si es porque los narcotraficantes están tratando de cruzar más droga como una reacción a los decomisos que estamos lograndoâ?, dice.
El condado bajo vigilancia de Wiles es el centro de la inteligencia estadounuidense contra el tráfico de drogas, personas y terroristas. Opera desde 2008 un Equipo de Apoyo de Inteligencia Interior, desde el cual se suministran datos a 15 agencias de la Comunidad de Inteligencia, no solamente sobre tráfico de drogas y dinero, sino de armas y posibles vÃnculos entre organizaciones criminales y terroristas.
La capacidad con la que cuenta la inteligencia asentada en la zona aumentó de tres analistas en 2005 a más de 3 mil 500 en 2008. La frontera de El Paso con Ciudad Juárez cuenta con cinco cruces formales. El más transitado de ellos se llama Córdova de las Américas. El ingreso promedio de vehÃculos hacia Estados Unidos por ese puente es de 45 mil vehÃculos diarios, de acuerdo con cifras de la Oficina de Aduana y Protección Fronteriza.
Es a través de esos automóviles, o de los 4.9 millones de camiones comerciales que se internan al paÃs por toda la frontera, que se logra el mayor volumen de tráfico de drogas, dice Wiles, lo que convierte a casi cualquier ciudad y pueblo limÃtrofe con México en el gran almacén de los estupefacientes de los cárteles.
El volumen de droga que se guarda en casas de seguridad y bodegas de la frontera sur es incierto. Pero datos oficiales emitidos por agencias federales de ese paÃs refieren el decomiso de 10 mil kilogramos de cocaÃna en el primer trimestre de 2008.
â??Lo que sabemos es que ellos (los narcotraficantes) utilizan como cubierta el negocio aduanal, de transacciones internacionalesâ?, dice el portavoz de la PolicÃa de Laredo.
â??Es imposible checar cada troca, cado carro que pasa aquà por el puente. Y también te lo va a decir la Aduana: sà pescamos algunos, pero por cada caja que detenemos se nos van tres o cuatro. Y eso es una cosa muy básica y muy económica: tú sacrificas una carga pero logras mandar tres o cuatroâ?, agrega.
Ciudades como Laredo o El Paso, o pequeños centros urbanos como Eagle Pass y Del RÃo, cuentan con una basta red de casas de seguridad y complejos de bodegas en los que las organizaciones ocultan sus cargamentos antes de llevarla a los grandes centros de consumo.
Son centros de acopio perfectamente identificados por los cuerpos de policÃa que operan en la frontera, pero el éxito para combatirlos es modesto, a juzgar por las mismas estadÃsticas oficiales