Dientes, huesos, cabello, uñas, ropa, artículos personales, identificaciones y hasta joyas, son tan sólo algunos de los casi 6 mil indicios de evidencia que en cinco años se han logrado recuperar en diferentes zonas de Coahuila, a través de operativos de búsqueda implementados por la Subprocuraduría de Personas No Localizadas y Atención a Testigos de la PGJE.
Estas evidencias, entre las cuales también se han recolectado partes de vehículos, láminas de circulación, números de serie, entre otros artículos, se encuentran en poder de las autoridades de Servicios Periciales de Coahuila, quienes han clasificado y ordenado el material recolectado en cada una de las poco más de 30 zonas de hallazgos diseminadas en territorio estatal.
Sin embargo, gran parte de los restos humanos recuperados se encuentran bajo el resguardo de la Comisión Nacional de Seguridad Pública (CNS), quien alberga la evidencia en el laboratorio de la Policía Científica en la Ciudad de México, pero están a la espera de una larga lista de casos de identificación que se apilan en los escritorios esperando el turno, de acuerdo a prioridades de casos nacionales, ya que en ese lugar también se analizan restos enviados por otros estados como Veracruz, Guerrero, Tamaulipas, Michoacán, Jalisco, Zacatecas y otros lugares del país donde se han localizado evidencias de personas desaparecidas víctimas de la guerra contra el narcotráfico.
De acuerdo a declaraciones de Silvia Ortiz, representante del Grupo Vida, es en la Región Lagunera donde se han implementado el mayor número de operativos de manera conjunta entre autoridad e integrantes de la sociedad civil.
“Al menos hemos participado en 50 operativos, pero con éxito de búsqueda por lo menos tenemos la mitad de los casos”, comentó.
Otros de los municipios donde se han localizado restos son Piedras Negras, Acuña, Monclova, Arteaga, San Pedro, y en toda la Región de los Cinco Manantiales, aunque cabe señalar que la autoridad estatal ha implementado búsquedas en todo el territorio debido a indicios de búsqueda.
El primero de todos los lugares de hallazgo de restos humanos de personas que fueron víctimas del narcotráfico en Coahuila fue en el cañón de “La Rioja”, ubicado en el municipio de Arteaga, durante el mes de junio de 2011, en el cual se encontraron evidencias claras de que en ese mismo sitio se deshacían de los cuerpos y los desintegraban con sustancias químicas en tambos metálicos de 200 litros.
En el resto de las 30 zonas de hallazgo de Coahuila, existe evidencia de que en al menos ocho zonas se procedió de la misma manera a la desintegración de cuerpos.
A la fecha, de la evidencia recabada y enviada a los laboratorios de la Ciudad de México, se ha procesado un 80 por ciento, pero de éstos, únicamente se han obtenido pocos resultados debido a la condición y el estado de degradación que presentan los restos localizados, muchos de ellos calcinados, lográndose identificar apenas a 20 personas.