De acuerdo con fuentes vinculadas al caso, desde hace algunas semanas el Ejército y la PGR tenían ubicado al presunto líder de Los Zetas (a Óscar Omar Treviño Morales “El 42” o Z42) en su ciudad natal Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde de hecho había sido visto en varios lugares.
Sin embargo, las autoridades no dieron el paso de lanzar un operativo porque el resguardo y los lugares que visitaba el tamaulipeco podían implicar un costo alto en vidas, explicaron. El único motivo que obligó a Óscar Omar Treviño Morales “El 42”.
A salir de su guarida fronteriza fue el cumpleaños de su madre, el 2 de marzo pasado, según reportaron los investigadores, aunque un informe de inteligencia también señala otra fecha de nacimiento, el 2 de abril de 1939.
La madre de Óscar Omar Treviño Morales “El 42” es quien en realidad vivía desde hace tiempo en la residencia de Vía Collatina 514, en Fuentes del Valle, municipio de San Pedro Garza García, aseguraron los servidores públicos federales consultados.
Óscar Omar Treviño Morales “El 42” o Z42 preparó el viaje junto con su mujer y sus dos hijas menores de edad. Lo hizo con un discreto grupo de seguridad, para no llamar la atención.
La versión obtenida precisa que el lunes 2 de marzo Óscar Omar Treviño Morales “El 42” ya había llegado al domicilio de su madre, en la colonia sampetrina. No salió del lugar hasta que el miércoles a las 4:00 horas le tocaron la puerta. Confiado, Óscar Omar Treviño Morales “El 42” bajó a abrir y al hacerlo se encontró con decenas de fusiles que le apuntaban, empuñados por uniformados de la Unidad de Operaciones Especiales del Ejército, enviados desde la Ciudad de México.
“Sólo denme permiso de ponerme el cinturón, porque se me está cayendo el pantalón”, pidió a sus captores.
Al menos en las fotografías, las cerraduras de las puertas no lucen forzadas. El zaguán no tiene abolladuras y los cristales están intactos.
Óscar Omar Treviño Morales “El 42” luego explicó que no metió las manos, porque en el interior de la residencia no sólo estaba su madre, sino también sus dos niñas, a las que se había apegado últimamente, tratando de hacer vida familiar.
‘Me había retirado’
“Yo ya no operaba nada, yo ya estaba retirado, me tiré a perder”, le dijo Omar Treviño “El 42” a los funcionarios de la PGR que lo entrevistaron antes de su declaración ministerial.
El presunto jefe de Los Zetas trató de convencer a los investigadores que ya nada tenía que ver con el narcotráfico desde hace un buen tiempo. Fue renuente a hablar incluso “off the récord” de cualquier miembro relevante de la organización.
Dijo, por ejemplo, que sus ingresos provenían exclusivamente de lo que le enviaba un hermano que reside en Estados Unidos y que no es perseguido por las autoridades.
Estaba mentalizado para su captura, no tenía miedo y hasta tuvo un lapsus de humor involuntario cuando dijo a los agentes que lo habían operado de la diabetes y que ya estaba curado de la enfermedad crónico degenerativa. Enseguida, les mostró una larga cicatriz vertical a mitad del tórax, que en realidad la tiene desde que lo operaron del apéndice.
Su presunto operador financiero Carlos Arturo Jiménez “El Plátano” dijo otra cosa en la entrevista policial: aseguró que había sido comisionado por Treviño para adquirir bienes inmuebles, algunos de ellos en San Pedro Garza García.
Los militares consignaron en el parte informativo que Treviño fue detenido a bordo de una camioneta, pero ayer el presunto narcotraficante dijo en su declaración preparatoria ante un juez federal que eso es falso, que fue detenido en el domicilio de Vía Collatina.