El desafÃo que plantea el crimen organizado no radica sólo en su capacidad de penetrar las campañas. En el citado estudio del IFE de principios de mes se señala a municipios en condiciones crÃticas por su alto grado de inseguridad y presencia de narcotraficantes: son 92, pertenecientes a 23 estados. AhÃ, una consecuencia predecible es que se elija a funcionarios de casilla relacionados con criminales, y para eso el organismo dice haber llegado a acuerdos con autoridades federales y estatales, que serán las que asuman las investigaciones en cada caso.
Esto también sirve de poco, afirma Carlos Murillo, investigador de El Colegio de Chihuahua, donde se ha elaborado un primer estudio sobre el impacto del miedo en las elecciones. â??Para los narcos, obviamente las leyes y el orden establecido son secundarios… No podemos decir que haya condiciones para aplicar las medidas que el IFE sugiere, incluso no se puede garantizar la seguridad en las próximas elecciones en esos municipios o entidades conflictivasâ?.
Varios municipios señalados por el IFE se encuentran en Sonora, que este año celebra también elecciones para renovar Congreso, ayuntamientos y gubernatura. Ahà son los narcotraficantes quienes ejercen el verdadero poder de sometimiento ciudadano, sostiene la diputada local del PRD por San Luis RÃo Colorado, Petra Santos Ortiz. â??Sólo alguien que vive en una zona de narcos sabe lo que es respirar el miedoâ?.
La intimidación es un elemento suficiente para influir procesos electorales, sostiene, y bajo esa realidad el blindaje pierde efectividad. â??La gente le teme no al IFE, sino a los que dan el dinero que ellos pretenden fiscalizarâ?. Santos Ortiz asegura haber sido despojada de dos triunfos en las contiendas por la alcaldÃa de esa ciudad fronteriza justo por las amenazas contra electores que ejercieron tanto criminales como policÃas. â??El blindaje no es sino una buena intención: el dinero no se da a través de los bancos y no se le puede colocar un chip a cada billete con el que se compra el voto. Además, ¿cómo van a contener las amenazas y el miedo?â?.
La coacción no requiere inyecciones de dinero, dice el senador panista Ramón Galindo Noriega. â??Es muy difÃcil presentar candidaturas sin correr ningún riesgo de que se ofenda o se moleste al narcotráfico. Si vemos cómo el crimen organizado trata de influir o comprar actitudes de candidatos en las grandes ciudades, en los municipios pequeños… es mucho muy cómodo hacerlo, de manera que una persona que aspira a un puesto de elección popular y pretenda desligar, romper o confrontar al narco, enfrenta situaciones de peligro realâ?.