El presidente colombiano, Álvaro Uribe, irá este viernes a la Cumbre de Unasur en Argentina para explicar el acuerdo que negoció con EEUU sobre el uso de bases militares, pero quiere que también se discutan otros pactos similares firmados en América Latina y la carrera armamentista de algunos de sus vecinos.
El acuerdo entre Bogotá y Washington, que permite a soldados y asesores estadounidenses tener acceso a siete bases militares en territorio colombiano para operaciones contra el narcotráfico y el terrorismo, concluyó su fase de negociación el pasado 14 de agosto y está a la espera de la firma final de los dos Gobiernos.
Uribe confirmó la asistencia a la cumbre de la ciudad argentina de Bariloche (sur), pero la condicionó a que también se discutan otros acuerdos de cooperación militar que tienen algunos países con naciones de fuera de la región.
“No vamos a Argentina a consultar nada; el acuerdo se cerró”, dijo recientemente el canciller colombiano, Jaime Bermúdez, al agregar que temas como el “armamentismo de ciertos vecinos y el terrorismo” también deben estar en la agenda de la cumbre.
Uribe tomó la decisión de asistir a la cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) después de haberse negado a participar en la cita de ese bloque realizada a principios de agosto en Ecuador, país con el que Colombia no tiene relaciones diplomáticas desde marzo de 2008.
Analistas consultados por Efe señalaron que durante la reunión de Quito no se llegó a un consenso para rechazar el acuerdo entre Bogotá y Washington, en buena medida debido a la gira que hizo Uribe en los días previos a siete países suramericanos para explicar los alcances de ese convenio.
“Las explicaciones que dio el presidente colombiano sobre los alcances, los objetivos y la operación del acuerdo de cooperación con Estados Unidos develaron muchas dudas y eso se vio reflejado en la falta de consenso para condenar ese acuerdo”, señaló el director de la Fundación Seguridad y Democracia, Alfredo Rangel.
El analista señaló que, mientras Colombia y EEUU estaban concluyendo las negociaciones del convenio militar, funcionarios del Gobierno del presidente Hugo Chávez se reunían con delegados rusos para concretar un acuerdo denominado “Estatuto de la Comisión Intergubernamental Ruso-Venezolana para la Cooperación Técnico Militar”.
“Este acuerdo es secreto. Y se desconoce la forma como regula la presencia de naves y personal militar ruso en territorio venezolano.
Ojalá Chávez tuviera un gesto recíproco al de Uribe y le explicara a Suramérica los objetivos y el alcance de ese acuerdo secreto y de los que está desarrollando con China e Irán”, añadió.
Chávez ha rechazado en varias ocasiones el acuerdo y anunció este domingo que llevará a la cumbre de Unasur un informe militar estadounidense con el que podrá desmontar “las mentiras” que podría presentar el Gobierno colombiano.
El mandatario venezolano insistió en que uno de los objetivos de esas bases es “cercar” a Venezuela y, en última instancia, controlar la faja petrolífera del Orinoco, la mayor reserva de hidrocarburos del mundo, y las reservas hídricas amazónicas.
Chávez, junto con sus colegas de Ecuador, Rafael Correa, y de Bolivia, Evo Morales, son los más duros con el acuerdo, que también es criticado por Argentina y Brasil.
Chile, Paraguay, Perú y Uruguay han manifestado su respeto al convenio militar entre Colombia y Estados Unidos.
Consciente de la oposición regional al acuerdo, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, afirmó la semana pasada que “no concierne” a otros países e indicó que tiene un “claro reconocimiento de la soberanía e integridad territorial” de Colombia