Increíble, pero cierto: fiel a su estilo, el nuevo Mustang GT 5.0 sigue rugiendo como pocos. Con tantas cifras y promesas de eficiencia alrededor de este nuevo auto, una duda rondaba en mi cabeza, así que cuando me puse a los mandos de esta leyenda no pude resistir la tentación de pisar el acelerador. Su respuesta no se dejó esperar, de inmediato alcanzó, cual tenor, la nota más alta, estremeciendo hasta lo más profundo de mi ser.
Era momento de ver si como roncaba dormía. De inmediato las mejoras en la puesta a punto y asistencia electrónica se dejaron ver. Aunque los cambios más evidentes llegaron de la mano de algunos materiales y detalles interiores, el auto parecía moverse mejor que nunca. La tracción trasera y característico manejo de este vehículo por fin ha alcanzado el nivel, como para dejar montar a cualquiera sin cobrarle la factura.
Para nadie es un secreto que las mañas del Mustang y de su eje trasero han puesto en aprietos a más de un entusiasta a lo largo de su historia, sin embargo parece que la bestia ha sido civilizada.
A pesar de que ha incrementado su potencia, su manejo se ha vuelto más condescendiente, en parte gracias a los sistemas electrónicos y a los ajustes en barras estabilizadoras y chasis que lo acompañan, como el control electrónico de estabilidad, sincronizado a los frenos antibloqueo (ABS).
Sin embargo, la batalla que más le vale a este nuevo Mustang definitivamente es la que ha librado contra el rendimiento de combustible, pues a pesar de que ha incrementado su potencia hasta alcanzar los 412 caballos de fuerza y las 390 libras pie de torque, hoy presume un rendimiento de combustible hasta un cinco por ciento más eficiente que sus antepasados que, cabe destacar, no eran tan potentes como éste.
En cuanto al equipamiento, éste no desmerece los logros alcanzados por la mecánica.
El sistema de audio Shaker con ocho bocinas, integra reproductor de CD con lector de mp3 y cuenta con una interfaz para sincronizar, a través de USB, reproductores de música (iPod incluido) con los nada despreciables 1000 watts de potencia.
Además, es posible manipular a través de la nueva generación de SYNC no sólo los reproductores de música, sino también teléfonos celulares, agendas electrónicas y todo ese tipo de gadgets, que podrían distraernos si no se pudieran controlar a través de este dispositivo, de forma más amigable, permitiéndonos mantener la atención en el camino y la conducción.
Es grato hablar de estos temas cuando al glamour lo acompañan sistemas que monitorean la presión de los neumáticos, bolsas de aire frontales multietapas para conductor y pasajero, así como laterales, sistema antirrobo activo que incluye alarmas perimetrales y módulo sensor de intrusos, y hasta un espejo electromático con micrófono.
Era de esperarse que Ford trabajara fuerte cuando frente a sí tenía a un rival tan completo como el Camaro, que gracias a su diseño ha recuperado miles de seguidores alrededor del mundo, y que ahora, afortunadamente, tendrán una difícil decisión de compra, gracias a la renovación de los muscle cars de las principales marcas estadunidenses.
La experiencia que tuve a bien vivir tanto dentro como fuera de la ciudad me convencieron de que el manejo de un Mustang ya no es exlusivo de los amantes de las carreras, que sin importar los altos costos del combustible o lo pesados que eran estos autos los mantenían vivos. Ahora es posible con un gasto mucho menos y un esfuerzo menos retador sacar a pasear a estos bebés, que se mueven tan bien como los deportivos alemanes, eso sí, sin olvidarse de sus orígenes.
La estética poco cambió con respecto al modelo 2010: pequeños retoques en la parrilla, la ubicación y el tamaño de los faros, emblemas en el costado y uno que otro detalle, eso sí con materiales de mejor calidad, completando el perfil, que mantiene su esencia, ahora con un corazón que late más fuerte y es menos sediento.