El Gobierno de Estados Unidos presentó hoy al Congreso un plan para vender 60 mil millones de dólares en aviones avanzados a Arabia Saudí, en el que será el mayor acuerdo militar bilateral de su historia, informó hoy el Departamento de Estado.
El subsecretario de Estado para asuntos militares, Andrew Shapiro, indicó en una conferencia de prensa que el Gobierno no espera que haya trabas por parte de Israel, que en los últimos meses ha mostrado objeciones al plan.
El Congreso tiene 30 días, hasta el 20 de noviembre, para decidir si detiene la venta antes de que el Departamento de Defensa ponga a disposición del Gobierno saudí los contratos, que se aplicarán a lo largo de una década si se ejecutan en su totalidad.
El acuerdo inicial prevé la venta de 84 nuevos aviones de combate F-15, la actualización de otras 70 de estas aeronaves y la oferta de tres tipos de helicópteros: 70 Apaches, 72 “Black Hawks” y 36 “Little Birds”.
Los contratos, divididos en cuatro paquetes, contemplan también el envío de radares avanzados y de bombas guiadas por satélite, además de la creación de programas de entrenamiento.
El Gobierno estadunidense considera que el plan aumentará la capacidad de las Fuerzas Armadas del reino saudí para crear un escudo ante las “amenazas” en la región, especialmente la iraní.
Sin embargo, el acuerdo “no se trata únicamente de Irán”, sino que consiste en “ayudar a los saudíes con sus necesidades legítimas de seguridad, que son bastantes”, subrayó Shapiro.
Según el funcionario, es posible que el reino de Abdulá bin Abdulaziz decida “no aportar todos los fondos para los cuatro programas”, debido a los “requisitos de defensa” que ha establecido el país.
“La suma final de la venta podría ser inferior a la estimada, 60 mil millones, ya que dependerá en lo que el Gobierno saudí decida comprar, y en el resultado de las negociaciones con la industria”, indicó Shapiro.
De completarse, el plan se convertiría en el mayor acuerdo bilateral de venta de armas de la historia de Estados Unidos.
Shapiro no hizo declaraciones sobre una posible segunda fase del plan, adelantada en septiembre por el diario The Wall Street Journal, según la cual Estados Unidos extendería al país 30.000 millones de dólares más para modernizar las fuerzas navales saudíes.
De acuerdo con el periódico, esa fase podría incluir el despliegue en el litoral de naves de combate y el uso de cargueros para operaciones cercanas a la costa.
Un tercer paso consistiría en reforzar la defensa de Riyadh contra misiles balísticos iraníes mediante la venta de sistemas THAAD y la actualización de misiles Patriot, en una táctica similar a la empleada en los Emiratos Árabes Unidos.
Shapiro subrayó que el acuerdo “no afectará negativamente a los intereses de seguridad de Israel o a la calidad de sus fuerzas armadas”, en referencia a las presiones de ese país para evitar que la venta estuviera dotada de armamento de largo alcance.
El compromiso de la administración estadunidense de que no enviará ese tipo de equipamiento y el acuerdo por el que venderá a Jerusalén una partida de aviones F-35, más avanzados que los de los saudíes, parecen haber acallado las quejas israelíes.
El Gobierno se muestra optimista respecto a sus opciones de que el plan salga adelante en el Congreso, donde espera que el potencial del acuerdo para crear empleos dentro del país juegue a su favor.
Según la empresa que fabrica gran parte de las aeronaves, Boeing Co., el plan podría sustentar 77.000 nuevos puestos de trabajo a lo largo de 44 estados.