La Corte Permanente de Arbitraje de La Haya (CPA) dio hoy la razón a Filipinas en su disputa territorial con el régimen de Beijing sobre las islas del mar de China Meridional, tras más de tres años de proceso judicial.
El fallo de la corte es vinculante, pero no tiene facultades ejecutivas, mientras China adelantó que no reconocería el veredicto, fuera el que fuera, y que no reconoce la competencia del tribunal para dirimir el caso, y por ello se negó a participar en el proceso.
No existe una base legal para que China reclame los derechos históricos sobre los recursos en zonas marítimas internacionales, ubicadas en lo que se conoce como la línea de “los nueve trazos”, señala el fallo.
Esa línea es una referencia de demarcación en un mapa que data de 1947 que China reclama y que es una zona rica en energéticos, minerales y recursos pesqueros.
El Tribunal observó que no había pruebas de que China ha ejercido históricamente el control exclusivo sobre las aguas o sus recursos sobre ese pedazo del Pacífico, ubicado en medio de varios países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.
Al haber constatado que ciertas áreas se encuentran dentro de la zona económica exclusiva de Filipinas (200 millas náuticas), el tribunal concluyó que China ha violado los derechos de soberanía de Manila en su zona económica exclusiva.
También sostuvo que los pescadores de Filipinas (como los de China) tenían derechos de pesca tradicionales en Spratly y Scarborough, y que Beijing había interferido con estos derechos en la restricción del acceso.
China ha construido islas artificiales en este pedazo del Pacífico, ha establecido bases militares y extendido su influencia en la región, lo que ha generado tensión entre sus vecinos asiáticos y llevado a Estados Unidos a movilizar efectivos militares.
Beijing alega derechos históricos para reclamar el poder sobre un 90 por ciento de las aguas del Mar de China Meridional, y los islotes, arrecifes y rocas que alberga esa zona situada a hasta dos mil kilómetros de sus costas.
Por su parte, el gobierno chino previamente reafirmó su rechazo a la decisión de la Corte Permanente de La Haya sobre el arbitraje iniciado por Filipinas en 2013, en relación a las islas del Mar Meridional de China.
De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, el veredicto no afectará los derechos marítimos de China.
Beijing alega que el tribunal carece de jurisdicción en el caso, pues la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Unclos, por sus siglas en inglés) no comprende los conflictos por soberanía territorial.
La actual administración de Beijing reiteró su disposición al diálogo entre las partes involucradas directamente en la disputa en el Mar Meridional de China y rechazó la intromisión de Estados Unidos en el tema.