Ya mucho se ha hablado de números, de la inversión publicitaria que los clientes hacen en los medios, de la distribución que hay entre ellos, de la eficacia publicitaria que obtienen los anunciantes, del mal uso de marca, del comportamiento de los
clientes, de quienes crean o innovan productos. Pero este fin de semana me han sucedido varias cosas que me
hicieron reflexionar sobre dos factores muy importantes dentro de la mercadotecnia y las ventas: la creatividad
publicitaria y el consumidor.
Muchas veces nos enfocamos más a los números, cifras, estadísticas, a ver al consumidor como un objeto y no
como una persona que puede tener gustos y preferencias en común con nosotros, claro, sin llegar al extremo
de pensar que los consumidores de mi producto piensan, actúan y quieren lo mismo que yo. Efectivamente
todos los productos deben estar enfocados a un target primario y a un target secundario, pero los números
se deben complementar con información más cualitativa, es decir, debemos buscar y entender gustos,
preferencias, formas de pensar, entornos sociales, de las personas a las que van dirigidas nuestros productos.
¿Y por qué ligar la creatividad publicitaria y el consumidor en un mismo texto? No se necesita un gran
presupuesto para hacer un concepto creativo, de hecho, a mi parecer, los mejores conceptos, las mejores
ideas, nacen cuando hay un presupuesto limitado, cuántos anuncios publicitarios gozan de grandes
producciones, exposición en medios sobresaturada gracias al abundante presupuesto, pero los conceptos
creativos simplemente no enganchan a las personas, al consumidor. Todo radica en las necesidades que el
cliente tenga y sepa comunicar para que el concepto creativo logre enganchar al consumidor.
Efectivamente hay mucho talento mexicano creativo, sin embargo, una de las limitantes más importantes
e inevitables son los gustos personales de los clientes que dejan fuera el objetivo del concepto creativo: las
personas que pueden llegar a ser sus consumidores. ¿Habrá alguna posibilidad de hacer que este círculo vicioso
logre cambiar algún día? A una persona no se le convence repitiéndole mil veces por qué comprar un producto,
menos con un pésimo anuncio con el que los consumidores no se sientan identificados.
Quizá haga falta concientizar a todas las partes involucradas en el proceso para que entendamos que todo
esfuerzo publicitario que se realice debe tener como objetivo el consumidor final. Siempre me he preguntado
cómo lograr hacer un cambio en una industria que está viciada desde hace ya muchos años.
Temas relacionados:
Todo se resuelve con un brief
Los consumidores no tienen las mismas necesidades que yo
Grandes presupuestos o un target bien definido y trabajado