La economía estadunidense está una vez más declinando hacia el peligro, a pesar de haber sido sometida a un intensivo régimen de tratamiento que incluyó billones de dólares en gasto y créditos, advirtió hoy el periódico The New York Times.
El temor a una segunda recesión está creciendo, junto con las preocupaciones de que el país podría enfrentar varios años más de perspectivas de escasez, indicó el rotativo.
El pasado viernes, Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, reconoció que la economía estaba más débil de lo esperado, al tiempo que prometió considerar nuevas políticas para fortalecerla, en caso de que las condiciones empeoraran.
Sin embargo, aun cuando los signos vitales de la economía se debilitan, predomina la sensación de que los responsables de la política gubernamental no pueden realizar una intervención significativa, insinuó el periódico.
Eso se debe a que casi cualquier propuesta curativa podría arriesgar sumar más deuda nacional, explicó.
Cada vez más parece que los responsables políticos, que como los médicos, atienden a la economía estadunidense, hurgan en sus botiquines y salen con las manos vacías, señaló.
El arsenal médico para curar la economía está agotado en gran parte y las pocas medicinas disponibles son consideradas como demasiado experimentales o con múltiples efectos de riesgo, indicó.
El paciente -que comenzó en cuidados intensivos- estaba mostrando signos de mejoría en el pabellón de convalecientes a principios de este año, pero se ha deteriorado desde entonces, aseguró The New York Times.
Los médicos no se ponen de acuerdo en un diagnóstico, y mucho menos en administrar un antídoto con confianza.
Aquí es donde la gran recesión ha conducido a la mayor economía del mundo, a una gran ambigüedad sobre lo que está por delante, y lo que se puede hacer ahora.
Los economistas debaten los beneficios de las recetas de política anterior, pero en el ámbito político un consenso ha surgido.
El futuro está ahora pintado tanto en tinta roja, que la ejecución de la deuda parece políticamente arriesgada y tanto demócratas como republicanos han renunciado prácticamente cualquier curso que implica gastar dinero en serio, aseguro el diario.
La impresión creciente es la de un debilitamiento de la economía, junto con la escasez de opciones políticas, lo que ha reforzado la preocupación de que Estados Unidos está en riesgo de caer en un estancamiento económico como en el que cayó Japón durante la llamada década perdida de 1990, indicó