Crisis de emigrantes amenaza a Europa. El trillado camino que ha llevado a centenares de miles de migrantes y buscadores de refugio a la Unión Europea está atacando el corazón del bloque.
A medida en que países destino toman medidas unilaterales para restringir nuevos ingresos, otros más al inicio de la ruta, temiendo que la ola de personas quede varada dentro de sus fronteras, han comenzado a tomar sus propias medidas, sin molestarse en coordinar con sus socios de la UE.
“En estos momentos la unidad de la Unión Europea y vidas – vidas humanas – están en juego”, dijo el comisionado de migración de la UE Dimitris Avramopoulos al llegar el jueves a una reunión de los 28 ministros del interior del bloque para evaluar la crisis.
El temor de un desplome de la unión se ha diseminado rápidamente por toda Europa en días recientes y una respuesta común es considerada una prueba clave para el bloque.
El impacto de un incremento de acciones unilaterales en restricciones fronterizas y cuotas fue evidente el jueves cuando miles de refugiados y otros migrantes quedaron varados en Grecia, centenares de ellos habiendo esperado en autobuses a lo largo de la principal carretera norte-sur del país durante dos días.
El atolladero se produjo luego que Macedonia restringiese severamente el número de personas que permite cruzar y continuar su travesía al norte hacia países europeos prósperos, en respuesta a acciones similares por países más adelante en la ruta.
El viceministro del Interior griego Ioannis Mouzalas estaba furioso por una reunión en miércoles en la que Austria y muchos de su vecinos del sur acordaron controles fronterizos más rigurosos y advirtieron que y tendrían que cerrar sus puertas completamente.
El jueves, el ministro de Relaciones Exteriores Nikos Kotzias retiró al embajador en Austria en protesta por las conversaciones, a las que Grecia no fue invitada.
Los cierres de fronteras aislarían a Grecia entre los países balcánicos al norte y Turquía, de donde llegan la mayoría de los refugiados y migrantes. Con un cierre total, la capacidad de Grecia de recibir el flujo quedaría abrumada en días.
La OTAN ha iniciado una misión de vigilancia en aguas entre Grecia y Turquía y su decisión de devolver cualquier migrante rescatado a Turquía pudiera ayudar a aliviar presiones sobre Grecia.
En tanto, 400 migrantes, en su mayoría sirios, abandonaron el jueves un campamento de transito cerca de la segunda ciudad más importante de Grecia, Tesalónica, y se dirigían a la frontera con Macedonia.
Unas 2.000 personas fueron trasladadas el miércoles al campamento recién construido mientras las autoridades griegas intentan a hacer frente a las demoras que se registran en la frontera con Macedonia desde el fin de semana, cuando los países por los que discurre la ruta de los Balcanes decidieron imponer restricciones al tránsito.
Mientras, miles de migrantes siguen varados en todo el país, incluyendo cientos que llevan casi dos días esperando autobuses junto a la autopista que cruza Grecia de norte a sur, para continuar su viaje hacia países más prósperos del norte.