¿Qué hace uno en siete minutos? Bueno, yo apenas alcanzo a ducharme, puedo durar cuatro veces más ese tiempo desayunando, y bfff, hacer el que hacer en casa me puede tomar 30 veces ese tiempo. En siete minutos ni siquiera alcanzo a leer un capÃtulo completo de la novela en turno y tampoco me termino mi taza de café en ese periodo de tiempo. Sin embargo, acabo de leer una noticia que habla de una investigación que revela esa realidad: el coito, dura en promedio, siete minutos.
Y entonces me pregunto: ¿Cómo es que algo tan importante, tan valioso para nuestras vidas, al que le conferimos tantos deseos, tantas fantasÃas, dura tan poco en la vida real? Claro, dependerá de muchas cosas, pero en general, la relación sexual, sin sumar el juego amoroso y el sueño post coito, duran en promedio eso.
Yo, no es que no esté de acuerdo o tenga una teorÃa que desmitifique lo que los cientÃficos han publicado en el Journal of Sexual Medicine, Dios me libre de decir semejante barbaridad. Ni por error. Tampoco es que me cause sorpresa, pero lo que sà puede sorprenderme es el hecho de por qué gastamos más tiempo en pensar en sexo o en leer sobre él, que en tenerlo.
¿Dedicamos más tiempo a pensar en sexo que a tenerlo real, vÃvida y gráficamente? ¿Por qué? ¿Será que estamos olvidando la sensualidad y el erotismo que son los que definitivamente nos llevarÃan más tiempo? Esa investigación dice que bajo las sábanas de las camas de las personas de carne y hueso se cocina un caldo diferente, y vale decir, bastante rápido: de 3 a 7 minutos.
Más bien, y en todo caso, ¿quién nos ha dicho que el sexo deberÃa durar horas maratónicas y largas noches? Bueno, pues según leo en ese artÃculo, el director del proyecto en el Behrend College de Pennsylvania, cuánto y cómo debe durar y ser una relación sexual, hoy en dÃa lo dictan los medios y la publicidad, las pelÃculas porno también. Ficción pura. No por eso menos excitante, pero a fin de cuentas ficción.
Ese mismo estudio advierte que un largo perfomance no asegura que el placer será mayor. “De hecho, el sexo que dura más, por lo general agobia a la gente, en especial a las mujeres”, dice la publicación.
Yo les doy la razón. Las mujeres que leen esto no me dejarán mentir, aunque muy pocas nos hayamos atrevido a decirlo algunas, pues solamente nos sucede en algunas ocasiones.
Hace muchos años, en una noche de mucho cansancio, unas copas de más y el trajÃn del juego precoital, me quedé dormida en pleno acto sexual. A mi chico entonces no le gustó, por supuesto. Digo, no fue una buena noticia para su ego. Ã?l ahÃ, haciendo lo mejor que podÃa, y yo en el quinto sueño. Durmiendo como un lirón.
Creo que yo hubiera dado un mejor espectáculo si en lugar de querer complacerlo, le hubiera dicho: “Me muero de sueño, mañana le damos de comer al conejito. Buenas noches, que sueñes con los angelitos”.
Adiós escarceo amoroso, adiós sexo. Y no soy la única. Lo aseguro. Eso no significa que no deseemos, no nos guste o no querramos a nuestros hombres, sino que, vaya, esa noche necesitamos los brazos de Morfeo mucho más que los de nuestros chicos.
Creo que en eso ni las propias féminas nos entendemos. A veces queremos sexo largo e intenso, y otras mejor preferirÃamos dormir. El asunto aquà es que nuestros hombres, nuestras parejas, no lo saben. Ni lo uno ni lo otro. Imaginen para ellos lo que debe ser que en lugar de exclamar un ¡oh! de placer, de garganta femenina salga en su lugar un ronquido. Horrible.
Al final, mi conclusión es que lo que importa no es tanto el reloj, sino la calidad de lo que suceda durante el periodo que marca ese reloj. El sexo puede durar un minuto intenso en un lugar público, por ejemplo, y ser maravilloso, o durar la noche entera si se quiere y tener una sonrisa permanente y de envidia al dÃa siguiente en el trabajo.
Yo creo que a fin de cuentas no existe un tiempo promedio para la relación sexual, todo dependerá de cada uno y del momento. Creo que tampoco deberÃamos creernos esas sesiones maratónicas que vemos en las pelis porno o creernos que somos los maestros del Tantra. Lo que deba de ocurrir ocurrirá en uno o en 60 minutos. El deseo se puede expresar de diversas maneras. A veces un beso intenso, intensÃsimo, puede ser maravilloso y súper sensual y ni siquiera hará falta la penetración. Otras veces en una penetración intensa, el beso ni siquiera es necesario. Depende.
Cada pareja acorde a la situación pone la pauta. Todo dependerá de la posición, los juegos precoitales, el grado de excitación sexual, las expectativas, los temores, etc.
Asà también les quitarÃamos a los hombres ese gran peso de la duración. No quiere decir que a las mujeres nos guste más un coito de dos minutos de duración contra otro de veinte. No. Pero dependerá del tiempo, de la situación, del ánimo de ambos, del erotismo, de la excitación. Los hombres deberÃan estar más alertas para identificar cuál es el momento de su mujer: ¿quiere sexo de una noche entera o de 5 minutos? Y si él no se da cuenta es deber de las mujeres decirlo. “Hoy quiero hacer contigo todo lo que sea posible la noche entera”. Asà el chico sabrá al menos lo que le espera…
Y como tip: generalmente una mujer muy excitada, en un juego muy atrevido, querrá siempre más, porque la misma adrenalina del juego la hará mantenerse despierta y alerta. Pero si están en un mood digamos que normal o pasivo, entonces lo breve será siempre más agradecido