Sin inversión privada ni un interés puro sincero en la forma en que se haga dinámica la economía mexicana, a través de estas “reformas” emprendidas por el Presidente, México lleva la tendencia a un problema serio a mitad de la próxima década.
¿Alarmista?
No, serio y presentando los hechos que podrían ocurrir sino hay un cambio honesto en la forma de ver y hacer la política en pro de ayudar en las finanzas públicas del país.
La reforma del Partido Revolucionario Institucional es un analgésico para un enfermo agonizante.
Y no por ello apoyo la aprobación de la reforma presentada por el gobierno federal, es un antibiótico de amplio espectro para un enfermo agonizante.
Y la propuesta del Partido de la Revolución Democrática, sencillamente seguimos esperando pero, se sabe excelentemente que la reforma del presidente Calderón, es la que mas alcances tiene y proyecta inversión privada para refinerías que necesita México.
Acabado el petróleo, México podría tener una fuerte presencia en el mundo del petróleo con la petroquímica, pero ni a eso podemos apostarle.
Ahora… no se que pensar, si la energía no le interesa a los políticos y los ciudadanos no ven dicha importancia, puesto que ya piensan el gas licuado esta caro, la gasolina esta cara y todo lo demás ya que es transportado con vehículos que usan gasolina o las máquinas con que se hacen usan gas natural o licuado… dejen por ahí del 2015 en que los subsidios sean insostenibles y el gobierno federal diga “hasta aquí”, habrá una crisis que mostrara la del 94, como un día de recreo en un kinder jugando a la comidita.
Se pone en riesgo, hasta la tranquilidad social del país.
Con eso, lo digo todo.
Porque ninguna de las tres reformas, permite un auténtico saneamiento de las finanzas de un país que depende en 25 por ciento de su gasto total, del petróleo.
Bajaran expectativas de mercado, capitales no vendrán a invertir, México perderá aun mas competitividad, el 20 por ciento de los ingresos del estado se verían cada vez mas reducidos, la gasolina y gas subirían de precio, la inflación golpearía muy fuerte, aniquilando el poder adquisitivo de la moneda, provocando quizá, disturbios en las calles, etc.
Pero… ¿acaso hay alguien a quien le importe?
Parece que no.
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