No es ningún secreto que siempre es gratificante encontrar al culpable de algún hecho, bueno o malo, para obtener certeza sobre quien es una persona confiable. Nos dedicamos al continuo juicio de las acciones de los demás. Tal vez, para nuestro código personal una acción sea equivocada, sin que por esto la acción sea â??malaâ?, por lo que uno se asocia con aquellos que piensan parecido a nosotros.
Pero, ¿qué pasa cuando se trata de instituciones? Siempre he notado una encarnizada crÃtica hacia las acciones del gobierno, sin importar de qué naturaleza sean. Para la mayorÃa, la información oficial es siempre falsa, manipulada o tendenciosa. No pasa asà con aquellos datos que vemos publicados en internet, periódicos, televisión y radio, los cuales los tomamos como verdaderos en el momento mismo en que llegan a nosotros. Muchachos, eso no está bien. â??La mula no era ariscaâ?, dicen por ahà y lo entiendo, pero ya superemos ese populachero dicho que pretende justificar las peores teorÃas de conspiración y aprendamos a definir claramente las responsabilidades de cada instancia de gobierno.
Me avoco, por hoy, a un ejemplo reciente ocurrido el mes de agosto: el secuestro de migrantes. Hace unos meses, encontraron ultimados a 72 migrantes, principalmente centroamericanos, en Tamaulipas. En ese momento se sucinta una tormenta de acusaciones y cuestionamientos en contra del Instituto Nacional de Migración (INM) porque la ciudadanÃa piensa que por tener la calidad de migrantes indocumentados es este instituto el responsable de su protección y seguridad en territorio mexicano. Señores, damitas, eso es tan absurdo como decir que si el crimen organizado ejecuta a una mujer (que lo ha hecho), es el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), el responsable de salvaguardar su integridad fÃsica, por el simple hecho de ser del sexo femenino.
Vámonos despacito. La responsabilidad de combatir este delito (el secuestro, en general) es de la SecretarÃa de Seguridad Pública (SSP) y de investigarlo, de la ProcuradurÃa General de la República (PGR). No es realizar una apologÃa al corrompido INM, porque sà tiene signos evidentes de corrupción, pero son problemáticas distintas. Una cosa son las estrategias de depuración institucionales que toda entidad de gobierno debe de tener, y otra muy distinta las atribuciones que por ley tenga para realizar cierto tipo de actividades.
Lo mismo sucede cuando la gente reclama al gobierno federal que hay demasiados asaltos a la ciudadanÃa. A quien debemos dirigir reclamos es a nuestros gobernantes locales, que son los facultados para prevenir y/o combatir este tipo de delitos tipificados como del fuero común.
Nuevamente, antes de que me ejecuten desde la arena de los comentarios, sé que los sistemas locales tienen amplias deficiencias y tienen elevados niveles de colusión y corrupción, pero eso es harina de otro costal. No es que no lo vea, pero no se puede trabajar la mente con esa interminable lista de errores en las instituciones que no nos lleva a ninguna solución.
Si empezamos por atribuir las responsabilidades adecuadamente, lo que estaremos haciendo es un reconocimiento objetivo del problema, lo cual representa un paso importante para poderlo criticar de manera adecuada. Cuando nos encontremos ante las discusiones del estatus del paÃs, preguntémonosâ?¦Â¿Esto de quién es responsabilidad? Asà sabremos en qué instituciones no confiar. Y ya que estamos en esas, creo que también es pertinente preguntarnos ¿Cuál es MI responsabilidad en este problema? ¿A poco creÃan que se iban a escapar de reconocer que los ciudadanos somos tanto parte del problema como de la solución?
@thenetie