Viendo todo el sentido que refleja la necesidad de hacer funcional el trabajo de las instituciones gubernamentales, se pueden cometer excesos.
Mas en el sexenio que se ha iniciado el ataque frontal al crimen organizado, como lo es el actual.
Por ello mismo, la observancia de la ley por parte de los cuerpos policiacos así como militares debe ser regla por todo lo que es, pueda ser o fue el ingresar a un régimen que no era el estado de derecho.
Pero, de igual forma podemos ver que siempre habrá “negritos en el arroz”, se acusa (desde Estados Unidos) que las fuerzas militares que han realizado operativos contra el crimen organizado, han cometido reiteradas violaciones a los derechos humanos.
De hecho, no se niegan pero tampoco (y quiero decirlo en todo el sentido de la palabra y dimensión que conlleva) son para que se hagan y realicen escándalos que busquen el golpear a las fuerzas militares que se juegan su vida día con día en todo momento contra criminales que muchas veces, están mas y mejor armados que ellos, con redes de complicidades de civiles y autoridades por la corrupción que existe y demás.
Respeto mucho, la opinión que organizaciones no gubernamentales, tienen ante estos deleznables hechos, pero nada ni nadie me dice tampoco, que esas quejas no traen un transfundo político para evitar la llegada de 100 millones de dólares a México como apoyo contra el narcotráfico o peor aún, descalificar la lucha contra el crimen en México, como cabildeadores de criminales que, si compran a políticos norteamericanos, que no lo hagan con voceros de ONGs?
Pero aun así, que se investigue, castigue y sea todo transparente, ¿porque?, ya en varias ocasiones se ha mostrado también sicarios y criminales, se han disfrazado de fuerzas del orden para hacer desmanes y así, la imagen de las fuerzas políticas y civiles, crean que es peor el remedio que el mal.