Cada quien puede pensar lo que guste, lo cierto es que el cartel del narcotráfico Los Zetas se ganó su cacería ya que su propia virulencia en el norte del país hizo que no solo tuvieran encima a los otros grupos delictivos, sino también al propio gobierno del presidente Felipe Calderón y los redujeran de tal forma que parece que más que mantener plazas están solamente tratando de mantener el nombre aunque ya no se dediquen solamente al narcotráfico.
De esta manera el encargado de la Subprocuraduría Especializada en Investigaciones de Delincuencia Organizada (SEIDO), Rodrigo Archundia Barrientos, leyó el informe sobre el robo de hidrocarburos por parte del grupo criminal ‘Los Zetas’ en Tula, Hidalgo que les reportaba ganancias de hasta 900 mil pesos a la semana, algo que no es comparable con el narcotráfico, pero que sin duda alguna tenia a todos menos tensos en torno a la actividad delictiva de Los Zetas en dicho estado.
La SEIDO y muchos sin decirlo reconocen que Los Zetas son muchísimo menos virulentos que antes, que aprendieron la lección de que no solamente decapitando en fotos y videos, a propios y extraños, inocentes y rivales, iban a durar mucho, metiéndose en territorios que deseaban dominar a sangre y fuego, ya sea en México y en el extranjero, no pudieron sobrevivir ya que la misma cadena de mando la tenían rota desde el momento que nacen como organización delictiva traicionando a Osiel Cárdenas.
Delitos como el robo de hidrocarburos es menos peligroso, menos sangriento y claro, menos lucrativo pero que de todos modos, un grupo como Los Zetas puede hacer sin problema alguno.