Noticias así no se leen o saben en todo momento y por eso cuando se encuentran, hay que mencionarlas ya que es parte de la cultura que nos da identidad.
Arqueólogos mexicanos rescataron 358 manuscritos del siglo XVI y más de mil libros del siglo XIX de entre el polvo y el guano de murciélago en un convento del estado de Michoacán, lo que hará que varios restauradores y curadores tengan trabajo extra puesto que nadie se imaginaba que estaban en el interior.
Si bien el Instituto Nacional de Antropología e Historia (si, sus siglas son INAH), saben que este hallazgo es el acervo que pertenece al fondo bibliográfico del ex convento de Cuitzeo y que esta considerado uno de los más importantes ejemplos de la arquitectura religiosa de los primeros años de la Nueva España y que está siendo restaurado por el INAH, estos libros que podemos sin problema alguno mencionar, no son incunables pero si muy antiguos (término ‘incunable’ hace referencia a la época en que los libros se hallaban en la “cuna”, haciendo referencia a la “infancia” de la técnica moderna de hacer libros a través de la imprenta. Así, son reconocidos como incunables los libros impresos entre 1453 (fecha de la invención de la imprenta moderna) y 1500, procedentes de unas 1.200 imprentas, distribuidas entre 260 ciudades, con un lanzamiento aproximado de 35.000 obras distintas).
Estos manuscritos pertenecen a la orden eclesiástica Agustina, están sumamente afectados y necesitan reparaciones mayores y unos será imposible rescatarlos en su totalidad lo que lleva a que sean evaluados por expertos en la materia de los cuales, hay un buen numero de ellos en México, lo que enorgullece a las escuelas de tratamiento de material histórico, para su disección y rescate por partes.
Hay que mencionar que el subdirector de documentación de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH), Miguel Nájera, explicó que el primer paso “consistió en limpiar hoja por hoja cada uno de los libros, después de retirar todo el polvo, se les hizo una fumigación general y se procedió a su guardado en mejores condiciones de conservación”.
Pensemos por un solo momento mis amigos y apreciables lectores, que tesoros no habrá desperdigados por la república mexicana en bibliotecas antiguas de caserones o monasterios y simplemente, están echándose a perder, triste, ¿verdad?, de todos modos, mil felicitaciones por estos trabajos que están realizándose en pro de toda esta biblioteca descubierta.