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Cada 27 de octubre, los hogares mexicanos que montan altar de muertos comienzan su ritual con un gesto especial: recibir primero a las almas de las mascotas.
No está en los libros litúrgicos ni en los decretos oficiales de la UNESCO, pero forma parte de la tradición viva, esa que crece con el amor y el tiempo.

El 27 de octubre es el día en que regresan los espíritus de los animales fallecidos —perros, gatos, aves o cualquier compañero del hogar que haya partido.
Es una fecha que nace del cariño, no del dogma, y que refleja cómo el vínculo entre humanos y animales ha alcanzado también el terreno espiritual.


🌼 Una tradición reciente que se hizo costumbre

Aunque el Día de Muertos es una celebración ancestral, la idea de dedicar una jornada a las mascotas es relativamente nueva.
En los últimos años, millones de familias mexicanas comenzaron a incluir una pequeña sección en el altar con fotografías, croquetas, collares, juguetes o mantitas, para recordar a esos seres que fueron parte del hogar.

De acuerdo con la leyenda popular, los animales también cruzan el puente de cempasúchil, guiados por el aroma de las flores y la luz de las velas, para reencontrarse con sus dueños por una noche.

En comunidades rurales e indígenas, siempre existió la creencia de que los perros acompañan a las almas al Mictlán, el inframundo mexica.
El xoloitzcuintle, por ejemplo, es un símbolo sagrado: el guía que ayuda a las almas a cruzar el río de los muertos.

Hoy, esa creencia ha evolucionado y se ha extendido al amor por todas las mascotas.
Cada 27 de octubre, los hogares con animales fallecidos encienden una vela y colocan su ofrenda para decirles:

“Gracias por acompañarnos en vida, aquí tienes tu camino de regreso.”


🕯️ El altar para las mascotas: cómo se prepara

El altar de mascotas sigue los mismos principios del tradicional, pero adaptado a sus gustos y recuerdos.
No existen reglas fijas, pero sí algunos elementos que se repiten:

  • Fotografía del animal, generalmente en su etapa más feliz.
  • Agua fresca, para que “beban” después del viaje espiritual.
  • Comida favorita o croquetas, símbolo del sustento.
  • Juguetes o mantitas, que evocan el cariño del hogar.
  • Flores de cempasúchil, para iluminar el camino de regreso.
  • Velas pequeñas o lámparas, que representan la luz que los guía.

Algunas personas también colocan un letrero con su nombre o un mensaje breve.
Otros prefieren hacerlo en silencio, con una oración o simplemente una sonrisa.

Lo importante es recordar con ternura, no con tristeza.


🐕 Del Mictlán al arcoíris: el simbolismo detrás

En la cosmovisión mexica, los perros xoloitzcuintles ayudaban a las almas humanas a cruzar el río Apanohuacalhuia para llegar al Mictlán.
Esa idea se ha reinterpretado con el tiempo: los animales no solo acompañan, sino que también tienen su propio viaje espiritual.

En la cultura moderna, el concepto del “puente del arcoíris” se ha vuelto una metáfora universal: el lugar donde las mascotas esperan a sus dueños después de la muerte, felices y libres de dolor.

El 27 de octubre une ambos símbolos: el camino ancestral de flores y el arcoíris contemporáneo.
Es el momento en que la espiritualidad prehispánica y el amor moderno por los animales se encuentran.


💖 Una fecha que crece con cada altar

Las redes sociales han convertido este día en una celebración nacional.
Cada año, miles de usuarios comparten fotos de sus altares dedicados a mascotas, con etiquetas como #DíaDeLasMascotasFallecidas, #27DeOctubre o #OfrendaAnimal.

Incluso algunos cementerios y albergues organizan actividades conmemorativas, bendiciones y adopciones en honor de los animales que partieron.

“Honrar a nuestras mascotas no es una moda: es una manera de agradecer el amor incondicional que nos dieron”, señala la antropóloga cultural Mariana Ortega, especialista en rituales domésticos.

Así, el 27 de octubre se ha ganado su propio lugar en el calendario espiritual de México: el preludio del Día de Muertos, donde primero llegan los amigos de cuatro patas.


🌈 Conclusión

El amor no termina con la vida.
Los altares del 27 de octubre recuerdan que las mascotas fueron familia, compañía y lección de afecto.
Al incluirlas en el Día de Muertos, México amplía su mirada sobre la muerte: ya no es solo el reencuentro con los antepasados, sino también con quienes nos enseñaron a amar sin palabras.

Este día, una vela encendida y un plato de croquetas bastan para iluminar el regreso de los más fieles.
Porque, como dice la sabiduría popular:

“Los animales no mueren: cambian de lugar para seguir cuidándonos.”

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