La diabetes e hipertensión pueden ser causa de complicaciones durante la anestesia y la cirugía, o en el periodo postoperatorio, afirmó el especialista del Hospital Civil de Guadalajara, Alejandro Villarroel Cruz.
Citó como ejemplo que un paciente diabético, niño o adulto, tiene más riesgo de infecciones y uno obeso presenta más dificultades para respirar por sí mismo durante la noche, aún sin anestesia. Después de ésta, y una cirugía, el riesgo incrementa.
Destacó que el anestesiólogo tiene que estar capacitado, tener los recursos de vigilancia y solución de problemas en un paciente obeso, ya que este factor puede acarrear mayor riesgo de muerte.
Villarroel Cruz, quien es coordinador del Módulo de Anestesiología, del XVIII Congreso Internacional Avances en Medicina 2016, que tendrá lugar del 25 al 27 de febrero del próximo año, recalcó que hace dos décadas era difícil que entre la población infantil se presentarán casos de hipertensión arterial.
Sin embargo, dijo, hoy es frecuente encontrar niños con presión arterial elevada, que puede provocar fallas cardiacas y accidentes cerebro vasculares como hemorragias; hay también menores que tienen diabetes. “Los dos padecimientos como consecuencia de la obesidad”, advirtió.
Por su parte, Ana Cristina Aguirre Espinosa, jefa de Enseñanza del Servicio de Anestesiología del Nuevo Hospital Civil de Guadalajara, habló de los riesgos de anestesiar a un niño con obesidad.
“A un niño delgado con facilidad se le puede hacer un bloqueo neuroaxial para controlar el dolor. No así en el caso de uno obeso”, aseguró la experta.
Insistió que en un niño obeso algunas técnicas de anestesia son difíciles y en algunos casos llegan a ser imposibles, ya que las agujas especiales para aplicarlas no llegan al área deseada por la cantidad de panículo adiposo (capa de tejido adiposo).
Añadió que las técnicas más seguras y adecuadas a veces no pueden emplearse en este tipo de pacientes.