Los dos dobles atentados de hoy contra dos mezquitas chiíes en Saná, que han sido reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y han causado al menos 120 muertos y decenas de heridos, hunden aún más al Yemen en una profunda crisis política y de seguridad.
Los ataques se produjeron de forma simultánea contra las mezquitas de Badr, en el centro de Saná, y Al Hashush, en el barrio septentrional de Al Yarraf, todas ellas frecuentadas por fieles chiíes.
Dos atentados suicidas en mezquitas de la capital de Yemen, Sanaa, provocaron más de 130 muertos y numerosos heridos.
Cuatro hombres que llevaban cinturones con explosivos efectuaron los ataques durante las plegarias del viernes.
En una de las mezquitas uno de los atacantes detonó una bomba en medio de la multitud. Luego ocurrió otra explosión cuando los fieles intentaban salir del lugar.
Ambas mezquitas son frecuentadas por partidarios de los rebeldes chiitas, conocidos como hutíes, quienes se hicieron con el control de la capital el año pasado.
El autoproclamado Estado Islámico (EI) se responsabilizó por los ataques.
De confirmarse, serían los primeros atentados del grupo en suelo yemení.
Igualmente, se han registrado tensiones entre los rebeldes hutíes y varios grupos militantes leales a al-Qaeda, que tienen su base en el sur y este del país.