Dos años de gobierno federal en la actual administración, deben traducirse en forma objetiva como un “ahí vamos” sin caer en satanismos y, enamoramientos absurdos.
Y lo digo desde el punto de vista que criticar es fácil, pero reconocer difícil y mas si se esta con o en contra del presidente Calderón.
Si lo vemos en la forma de que Felipe Calderón llego vendiendo la idea de ser el presidente del empleo, tache… esta mas que reprobado, pero de igual forma no se le puede culpar de la crisis mundial de la baja inversión mundial o la caída en las exportaciones por países del primer mundo en recesión.
Pero, aun con ello, la estabilidad se debe a la fortaleza de las instituciones económicas que han apuntalado al país de una forma que es ejemplar aunque con un alto costo social.
Estos dos años se traduciría en que al menos en el trabajo se esta viendo la forma de ir enmendado la plana, cuestión sumamente difícil, mas por cuestiones internacionales que por cuestiones domésticas.