El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, consideró este viernes que una extradición a Estados Unidos por las revelaciones de su portal es “cada vez más probable”, mientras disfrutaba del primer día de libertad condicional en una mansión de la campiña inglesa.
“El gran riesgo, el riesgo que siempre nos ha preocupado es una extradición a Estados Unidos. Y esto parece ser cada vez más serio y cada vez más probable”, declaró a los periodistas congregados en el parque nevado de la residencia campestre de su amigo Vaughan Smith, donde por orden judicial deberá vivir durante el proceso de extradición entablado por Suecia.
“Tenemos informaciones de que se han formulado cargos formales contra mí en Estados Unidos, que no nos han confirmado”, agregó el australiano, de 39 años, bien abrigado con una chaqueta acolchada de color verde, adoptando un tono serio después de haber bromeado con los periodistas sobre la nieve y el “primer (dry) martini en mucho tiempo” que se tomó la víspera.
Assange salió a última hora del jueves en libertad bajo fianza por decisión de un juez de la Alta Corte de Londres a la espera de un fallo en su proceso de extradición a Suecia, país que lo reclama por supuestos delitos sexuales denunciados por dos mujeres en agosto.
A cambio tuvo que pagar una fianza de 200.000 libras (315.000 dólares, 236.000 euros) en metálico y presentar dos garantes que le avalaran cada uno con 20.000 libras, y aceptar condiciones estrictas que incluyen el porte de un brazalete electrónico y el respeto de un toque de queda.
En sus primeras declaraciones tras nueve días de encierro en una cárcel londinense, insistió una vez más sobre su inocencia y denunció una “campaña de difamación muy lograda y totalmente injustificada” en su contra.
“La fiscalía sueca ha dicho a los tribunales británicos en tres ocasiones (…) que no necesitaban suministrar ni una sola prueba”, reafirmó este viernes Assange, quien considera que el proceso de extradición a Suecia es “sólo un intento de meterme en una jurisdicción, lo que luego hará de más fácil mi extradición a Estados Unidos”.
Las autoridades de Estados Unidos, indignadas por las revelaciones de WikiLeaks, han señalado en varias ocasiones que estudiaban la manera de acusarlo formalmente de espionaje por la difusión de miles de cables confidenciales del departamento de Estado, que se suman a otros documentos secretos filtrados previamente sobre las guerras de Afganistán e Irak.
Sin embargo, debido a las limitaciones de la Ley de Espionaje que los expertos legales consideran obsoleta, buscan también, según el diario New York Times, pruebas de que “alentó e incluso ayudó” al soldado estadounidense Bradley Manning, acusado de haber filtrado documentos a WikiLeaks.
Assange expresó su preocupación ante esta eventualidad, recordando que “ha habido muchos llamamientos de figuras políticas en Estados Unidos (…) a mi ejecución, al secuestro de mi personal y la ejecución del soldado Manning”.
El fundador de WikiLeaks, que recuperó el acceso a un ordenador y a internet al llegar a Ellingham Hall, aislada en la frontera de los condados de Suffolk y Norforlk, a 200 km de Londres, podrá preparar su defensa para la vista del 11 de enero, aunque ha anunciado también su intención de “pasearse” y de “pescar”.
Como hizo este viernes poco antes de las tres de la tarde, cuando salió de la propiedad en un vehículo negro, deberá interrumpir cada día sus actividades para fichar entre las 15H00 y las 17H00 (local y GMT) en la comisaría cercana.
Además, intensificará su trabajo al frente de WikiLeaks, que siguió sin embargo funcionando con normalidad mientras su creador estuvo en la cárcel.
“A la gente le gusta presentar a WikiLeaks como yo y mi mochila. No es verdad”, afirmó Assange. “Somos una gran organización. El personal permanente es relativamente pequeño, pero es fuerte. Esta diseñado para soportar los ataques para decapitarlo”