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Reseñas

Dossier Wikileaks: Los avales de Assagne

By diciembre 19, 2010No Comments

Un biólogo y premio Nobel, sir John Sulton, un ex secretario de Estado laborista y ex presidente de la editorial Faber & Faber, el periodista Phillip Knightley y la profesora de educación jubilada Patricia David figuran entre quienes avalaron al fundador de WikiLeaks, Julian Assange.

El australiano Assange fue puesto en libertad ayer por el Tribunal Superior de Londres, quien desestimó un recurso de la Fiscalía para mantenerle en prisión mientras dura su proceso de extradición a Suecia, que le reclama por supuestos delitos sexuales.

Según el diario británico “The Guardian”, otras personas se habían declarado dispuestas a avalar a Assange, pero el juez encargado del caso desestimó muchos nombres por considerar que lo hacían por simpatizar con las actividades de WikiLeaks y no porque pudieran dar garantías sobre su carácter o frente a la posibilidad de que se fugase del país.

Tras escuchar los argumentos de la Fiscalía de la Corona británica sobre uno de esos nombres, el del periodista y documentalista John Pilger, al que aquélla calificó de “nómada”, el juez, en tono despectivo, rechazó su aval por considerarle “otro australiano peripatético”.

El juez ha impuesto en cualquier caso condiciones draconianas para la liberación condicional de Assange, que tendrá que llevar un brazalete electrónico, presentarse diariamente en la comisaría y guardar un riguroso toque de queda.

Mientras tanto, las fiscalías británica y sueca se han echado la pelota la una a la otra y así mientras la británica decía haber presentado el recurso contra su puesta en libertad por encargo de la sueca, esta última decía que la iniciativa partió de aquélla.

Incluso un diario poco sospechoso de izquierdista como es el “Daily Mail” califica hoy en un editorial de “poco edificante” el “espectáculo de nuestra Fiscalía de la Corona exigiendo sin éxito que Assange continuara en prisión”.

“¿Estaba actuando la Fiscalía de la Corona (británica) siguiendo instrucciones del Tío Sam, decidido a silenciar a Assange, cuya publicación de cables diplomáticos estadunidenses ha causado tanto bochorno en todo el mundo?”, se pregunta el periódico.

El editorial no parece del todo mal encaminado de creer las informaciones procedentes de Washington según la cuales un comité del congreso de EU está recabando el consejo de varios abogados sobre la posibilidad de procesar a Julian Assange por espionaje.

Mark Stephens, uno de los abogados de Assange, dijo a la cadena de televisión árabe Al-Yazira que un gran jurado había comenzado ya sus reuniones en Alexandria, Virginia (EU), con vistas al procesamiento de su cliente.

Según Floyd Abrams, el abogado que defendió al “New York Times” en el Tribunal Supremo de EU por los llamados “papeles del Pentágono” en la década de los setenta, el Gobierno de George W. Bush llevó muchos casos a Alexandria en lugar de buscar el procesamiento en Washington DC porque se considera que “los tribunales de Virginia son más proclives a procesar”.

Assange podría verse formalmente acusado, según Abrams, si se demostrase que fue él quien animó al soldado Bradley Manning, acusado de la filtración de los documentos a WikiLeaks, a proveer toda esa información.

Una posible defensa de Assange y WikiLeaks es que ésta es una organización periodística, como se describe a sí misma en su portal, por lo que debería estar protegida por la ley libertad de prensa al igual que el “New York Times”, “The Guardian” u otros periódicos, que han publicado los documentos filtrados.

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