Casi tres cuartas partes de los estadounidenses consideran aceptable que Estados Unidos emplee aviones no tripulados (o drones militares como se les debe conocer) para matar a un ciudadano estadounidense en el extranjero si esa persona se unió a un grupo terrorista, según un nuevo sondeo de Associated Press-GfK.
La mayoría, 6 de cada 10, está a favor del empleo de drones militares contra terroristas en general. Sólo el 13% se opone al empleo de estos aviones por control remoto, según el estudio, y otro 24% no tiene una opinión muy firme en ninguno de los dos sentidos.
La encuesta de AP-GfK se realizó entre el 23 y el 27 de abril, después de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se disculpara públicamente por un ataque de la CIA en Pakistán que mató de forma accidental al rehén estadounidense Warren Weinstein y al rehén italiano Giovanni Lo Porto. El ataque de dron también mató a Ahmd Faruq, un ciudadano estadounidense que servía de líder estratégico para Al Qaeda. En otro ataque murió Adam Gadhani, un ciudadano estadounidense que unió a Al Qaeda y se convirtió en portavoz de Osama Bin Laden.
Se trata del último estudio que muestra un amplio apoyo entre el público estadounidense al programa de ataques iniciado durante la presidencia de George W. Bush, que experimentó una gran expansión bajo las órdenes de Obama. Aunque en el pasado, Estados Unidos condenó a Israel por los asesinatos selectivos desde el aire, estas operaciones son ahora la pieza central de la política antiterrorista estadounidense y disfrutan de un amplio apoyo entre el público.
El respaldo a los asesinatos selectivos con drones es bipartisano, según el nuevo sondeo. Casi 6 de cada 10 demócratas están a favor de emplear naves no tripuladas para atacar a grupos terroristas, mientras que sólo el 16% se opone. Entre los republicanos, el 72% está a favor y sólo el 10% se opone. Los independientes son más ambivalentes, con un 45% a favor y un 12% en contra; el 37% es neutral en este tema.
Sólo el 47% de los estadounidenses ve apropiado utilizar drones para atacar a terroristas en el extranjero si en el proceso pueden morir compatriotas inocentes.
Más de 4 de cada 10 (el 43%) de los que en principio dijeron estar a favor de los drones -o que no lo apoyaban ni se oponían- dijeron que es inaceptable emplear aviones no tripulados si puede suponer la muerte de estadounidenses inocentes.
El estudio no incluyó preguntas sobre bajas civiles extranjeras ni sobre la confianza del público en la afirmación del gobierno de que la inmensa mayoría de las víctimas de ataques con drones son terroristas. Grupos independientes han calculado que en estas operaciones han muerto al menos cientos, y posiblemente miles de personas no combatientes, una estimación que rechaza el gobierno estadounidense.
Los escépticos sobre los drones dicen que la mayoría de los sondeos enmarcan la cuestión asumiendo que los objetivos son terroristas, aunque no está claro que ése sea siempre el caso.
“Casi todo el mundo, por supuesto, va a apoyar matar gente que intenta matarnos, pero esos no son necesariamente los que estamos atacando en todos los casos”, afirmó Sarah Kreps, profesora asociada en el Departamento de Gobierno de la Universidad de Cornell.
Kreps analizó datos de sondeos y determinó que si a los encuestados se les presentan pruebas de errores y bajas civiles en algunos ataques de drones, el apoyo a los ataques cae por debajo de la mayoría.
Desde la primera operación en 2002, se han producido 396 ataques de drones en Pakistán y 126 en Yemen, según la Fundación Nueva América, que sigue los datos de ataques empleando artículos de medios. La CIA ha realizado todos los ataques de Pakistán y la mayoría de los de Yemen, aunque también el ejército utiliza drones para ataques en Yemen.
El ritmo de ataques en ambos países ha menguado en los últimos años. Obama impuso una norma en Yemen sobre que no se producirían ataques salvo casi certeza de que no habría civiles heridos. Esa norma, más restrictiva que las que rigen las operaciones militares tradicionales, no se introdujo en el programa de Pakistán, que se considera parte de la campaña de guerra en Afganistán. Se cree que los ataques en Pakistán han contribuido al éxito en la destrucción de buena parte del núcleo de Al Qaeda.