Unas 700 personas -incluyendo paganos y druidas- acudieron el martes a presenciar la salida del Sol en el misterioso monumento megalítico de Stonehenge, en celebración del solsticio de invierno, en medio de la nieve y la niebla matutina.
“Parecía la imagen ideal de una postal”, comentó Peter Carson, el director de Stonehenge, cerca de Salisbury, Inglaterra.
Carson dijo que el solsticio de invierno puede caer entre el 20 y el 23 de diciembre. Agregó que este año ocurrió después de la puesta del Sol el 21 de diciembre, lo que hace del martes el día más corto del año.
El solsticio de verano también es celebrado en Stonhenge, pero Carson agregó que las celebraciones de invierno son cada vez más populares.
“Hay una creencia más arraigada de que Stonhenge era un monumento más significativo en el solsticio de invierno que en el de verano”, agregó.