Cuernavaca, Morelos.- Hay momentos en que la música trasciende las fronteras, el idioma y el tiempo. Hace unos días, en el majestuoso escenario del IX Festival Internacional Frauci, en Rusia, Pablo Garibay guitarrista mexicano en conjunto con la Orquesta Filarmónica de Moscú, se convirtieron en el puente entre dos continentes al presentar el estreno mundial del “Tercer Concierto para Guitarra y Orquesta”, del compositor mexicano Eduardo Angulo.
La obra, escrita hace más de dos décadas emergió como una joya inédita del repertorio guitarrístico orquestal contemporáneo. El lenguaje musical, refinado y profundamente humano de esta obra dedicada a los padres del compositor, logró conmover al público ruso, demostrando que la música no conoce de fronteras cuando nace del alma y es motivo de orgullo nacional: un compositor mexicano alzando la bandera de su país en uno de los escenarios más importantes del mundo, con su tradición musical centenaria, se rindió ante esta obra nacida en el corazón de México.
Eduardo Angulo, quien actualmente radica en Cuernavaca, Morelos, inició su travesía musical a los siete años bajo la dirección de Vladimir Vulfman en el Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México, posteriormente en el Real Conservatorio de la Haya, Holanda, obteniendo el premio de Excelencia. Desde entonces, sus obras han recorrido escenarios internacionales: desde el Festival Internacional de Guitarra en Danzig, Polonia, hasta el Festival Internacional Cervantino, pasando por la XIX Semana Internacional de la Guitarra en Schweinfurt, Alemania, y el Foro de Música Nueva en México.
Cada nota que Eduardo compone, es un diálogo entre la sensibilidad mexicana y el lenguaje universal de la música. Su reciente éxito en Moscú, no es solo un reconocimiento a sus más de cincuenta años de trayectoria, sino también una invitación a mirar hacia dentro y recordar que la música, cuando nace del corazón, tiene el poder de unir culturas y generaciones.
Sus obras incluyen música sinfónica, de cámara y coral, así como conciertos para piano, arpa, clavecín, viola, guitarra, salterio, flauta etc.. Hoy, la música de Eduardo Angulo no solo suena en salas de concierto; sino también resuena, en el alma de quienes creen que el talento mexicano no tiene fronteras.







