El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reveló hoy en su último informe que uno de cada cinco infectados por el virus del Ebola es un niño, enfermedad que afecta a varios países en Africa Occidental.
El ébola ha tenido consecuencias devastadoras para los niños, que constituyen un 20 por ciento de los casos de infección en Guinea, Liberia y Sierra Leona, subraya el informe dado a conocer en Ginebra.
La coordinadora mundial de Unicef para la emergencia del ebola, Barbara Bentein, afirmó que en la lucha por eliminar el brote del virus es necesario que se restablezcan los servicios básicos de manera segura y responsable.
El informe examina las consecuencias que ha tenido el ébola en los niños al atacar algunas de las comunidades más vulnerables de los países africanos.
De las más de 24 mil personas infectadas, unas cinco mil han sido niños, y más de 16 mil menores han perdido a uno de sus progenitores, a ambos o a su cuidador principal.
Y para muchos de los nueve millones de niños que viven en las zonas afectadas, el ébola ha constituido una experiencia aterradora debido a que los niños que han sido testigos de muerte y sufrimiento de sus seres queridos no lo alcanzan a comprender.
El texto también destaca el papel principal que desempeñan las comunidades con respecto a la respuesta y las alentadoras tendencias en materia de comportamientos seguros.
Mientras participaban en las actividades de respuesta al ébola, Unicef y sus aliados inmunizaron a miles de niños contra otras enfermedades mortales, como el sarampión.
Asimismo, fortalecieron los servicios de atención primaria de la salud; y ayudaron a reducir al mínimo el riesgo de infecciones con el ébola que podrían haber ocurrido al reanudarse las clases tras el cierre de las escuelas, que mantuvo a unos cinco millones de niños fuera de las aulas durante varios meses.
A largo plazo, las inversiones que se realicen en el mejoramiento de los sistemas de atención de la salud en los países afectados por el ébola servirán para combatir también otras enfermedades, como el sarampión, la neumonía y la diarrea, que figuran entre las principales causas de mortalidad infantil.
El informe afirma que la planificación de la recuperación a largo plazo debe basarse en los logros cosechados durante las respuestas, con miras a reconstruir mejor y afrontar las desigualdades históricas.