Los bosques que son comúnmente usados como lugar de esparcimiento, convivencia con la naturaleza y donde el verde es sinónimo de vida, no en todos los casos cumplen con esa función.
En Japón, existe uno donde las personas buscan la muerte. Se trata de Aokigahara, bautizado como “el bosque de los suicidas”, lugar que registra, al menos, un centenar de casos anuales de jóvenes de entre 16 y 25 años de edad que se quitan la vida.
Este paraje, rodeado de mitos y leyendas ancestrales, es, desde la década de los años 50, el lugar que eligen muchos jóvenes japoneses para morir; el cual es el segundo en el mundo con mayores suicidios sólo por debajo del puente Golden Gate.
Un informe de la policía de Yamanashi, revelado por el diario Japan Times, señala que en 2004 la tendencia suicida en Aokigahara alcanzó su máximo histórico, al registrarse 108 casos.