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El miedo a Donald Trump crece en los Estados Unidos. Las victorias de Donald Trump en el Supermartes causaron estupor en todo el mundo y pusieron de manifiesto el desconcierto generalizado que provoca la sola idea de que el magnate sea el próximo presidente de Estados Unidos.
“La candidatura de Trump ha dado paso a la locura: Lo impensable puede suceder, una broma de mal gusto se está haciendo realidad”, dice un artículo del diario comercial alemán Handelsblatt del jueves. “Ahora hay que hablar seriamente de algo que parecía grotesco”.
Comentaristas rusos expresaron cierto regocijo ante el viro que está tomando la política estadounidense. Y el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, pronosticó que Trump podría revitalizar la izquierda latinoamericana.
La reacción dominante frente al derrumbe del establishment del Partido Republicano ante los éxitos de Trump en las primarias presidenciales parecía ser una total perplejidad, combinada con temor a lo que se viene.
“El ascenso meteórico del magnate de Nueva York tiene a la mitad del planeta estupefacto”, escribió el columnista de El País de Madrid Andrea Rizzi.
“Sería un grave error considerar a Donald Trump y payaso de la política”, expresó otro diario europeo, el Salzburger Nachrichten austríaco. “Si Trump resulta elegido presidente”, pronosticó el medio, sus ideas “plantearían grandes riesgos a Estados Unidos y al mundo… políticas básicamente chauvinistas y nacionalistas que no harían a Estados Unidos grande sino horrible y comprometerían la estabilidad del orden internacional”.
Trump genera inquietud en China, aunque no se le presta tanta atención a pesar de que durante su campaña el magnate insiste en que Estados Unidos se ha vuelto débil en parte porque Beijing manipula su divisa, se roba empleos en Estados Unidos y ofrece una competencia desleal.
Los chinos tal vez no se tomen sus comentarios muy en serio porque creen que no será elegido presidente o que, si lo es, moderará sus posturas, según Xiong Zhiyong, de la Universidad China de Relaciones Internacionales.
Opinó que “si Trump llegase a la presidencia y mantuviese sus posturas, las relaciones chino-estadounidenses enfrentarían problemas en áreas como la seguridad y la economía… Habría un gran cambio en la política exterior de Estados Unidos”.
Thuraya Ebrahim al Arrayed, integrante del Consejo Shura, el principal órgano de asesoría política de Arabia Saudita, dijo que una presidencia de Trump sería “catastrófica” y representaría un retroceso “no de generaciones, sino de siglos”.
“Rogamos porque una personalidad racista no gane las elecciones”, dijo. “¿Cómo puede ser que le diga a los estudiantes musulmanes que están estudiando allí que les va a cerrar la puerta en la cara?”.
En un artículo publicado por el Financial Times de Londres, Martin Wolf resumió el sentir generalizado en el mundo de las finanzas en Europa diciendo que una elección de Trump sería un “desastre a nivel mundial”.
“El señor Trump es un promotor de fantasías paranoicas, un xenófobo y un ignorante. Su negocio consiste en construir monumentos horribles por vanidad. No tiene experiencia en cargos políticos. Algunos lo comparan con los populistas latinoamericanos. También puede ser visto como un Silvio Berlusconi estadounidense, aunque sin carisma ni visión comercial”.
Acotó que Berlusconi, ex primer ministro italiano, “a diferencia de Trump, jamás amenazó con expulsar a millones de personas”.
Para Wolf, “el señor Trump carece en absoluto de las cualidades necesarias para desempeñar el cargo político más importante del mundo”.
En el diario mexicano Reforma, el columnista Sergio Aguayo comparó el sentir antiestadounidense que ha generado Trump con el temor al comunismo del siglo XX y acusó a Trump de desatar un “pánico café”.
“Debemos contestar una y otra vez a Donald Trump, y hacer sentir al gobierno estadounidense que no estamos dispuestos a seguir siendo señalados como los únicos responsables de problemas también causados por Estados Unidos”, escribió Aguayo.
La Jornada, diario izquierdista mexicano, publicó una caricatura en la que Trump luce una corbata con la inscripción “KKK” con una leyenda que dice: “Haré hornos crematorios para mexicanos y musulmanes” ”¡Y ellos pagarán por su construcción!”. Aludía a que promete construir un muro entre Estados Unidos y México y hacer que los mexicanos paguen por él.
En Senegal, país de África occidental moderado y predominantemente musulmán, el jefe de redacción de La Tribune Mame Ngor Ngom expresó esperanza en que los estadounidenses no sean “tan inconscientes” como para votar por Trump.
“Creemos que no lo harán. Ya pagaron las consecuencias con George W. Bush. … Donald Trump será un fiasco”, afirmó.
Muchos rusos, entretanto, parecen disfrutar viendo lo que está pasando en la política estadounidense. La popularidad de candidatos anti-establishment como Trump y Bernie Sanders, quien le está dando pelea a Hillary Clinton entre los demócratas, “es un reflejo de la crisis de confianza en esos clanes tradicionales” como los Bush y los Clinton, expresó Konstantin Kosachev, presidente de la comisión de relaciones exteriores de la cámara alta del parlamento, en su cuenta de Facebook.
Alexander Dugin, ideólogo nacionalista allegado al Kremlin, sostiene que Trump “puede ser repulsivo y violento, pero es lo que es. Es el verdadero Estados Unidos”.
En Europa, no obstante, hay quienes ven con buenos ojos a Trump. Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional de ultraderecha en Francia, dijo que si fuese estadounidense votaría por Trump. Y el legislador conservador francés Laurent Wauquiez opinó el miércoles que la popularidad de Trump es parte de una tendencia que se percibe también del otro lado del Atlántico.
“Muestra que en las democracias de hoy, los ciudadanos ya no quieren que les digan lo que tienen que pensar, lo que deben decir. Eso es lo que hace que Donald Trump resulte seductor”, afirmó Wauquiez en declaraciones a France 2 Television.
El presidente ecuatoriano Correa, por su parte, considera que una presidencia de Trump podría ser un regalo para la izquierda latinoamericana, que ha sufrido una serie de reveses electorales en Argentina, Bolivia y Venezuela.
“Es tan torpe su discurso, tan básico, que despertaría una reacción de América Latina”, dijo Correa a un grupo de periodistas radiales el lunes. “Cuando llega un tipo así, creo que sería muy malo para Estados Unidos, pero ya América Latina es bastante independiente y, por el mensaje, creo que incluso para la tendencia progresista de América Latina sería positivo”.
Durante semanas, un portal canadiense se ha estado burlando de Trump e invitando a los estadounidenses a que se vayan a una isla frente a Nov Scotia. Tras la jornada del Supermartes, el tráfico de ese portal subió un 350% en cuatro horas, según dijo el editor de Google Simon Rogers en Twitter. Un enlace difundido en las redes sociales por el concejal de Toronto, Norm Kelly, que ofrece consejos sobre cómo solicitar la ciudadanía canadiense, fue retuiteado 37.000 veces.
Bruce Arthur, comentarista político canadiense, dijo el martes en Twitter: “a mis amigos estadounidenses: tengo una carpa para ocho personas que puedo instalar detrás de mi casa, pero tendrían que traerse sus colchones de aire”.
El miedo a Donald Trump crece en los Estados Unidos

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