Con 83 votos a favor, 16 votos nulos, 15 en pro de Horacio Hernández Orozco y sólo cuatro para Alfredo Fuentes el Senado de la República, eligió a Eduardo Medina Mora para ocupar el cargo de ministro en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
De inmediato, una vez que lo respaldó más de un tercio de los senadores presentes (118 en total), se le tomó a Eduardo Medina Mora la protesta constitucional respectiva y se le instruyó para que cumpla con su responsabilidad ahora en la Corte.
En su intervención en la máxima tribuna del país, Eduardo Medina Mora sostuvo que su único compromiso es con la verdad, la justicia, la Constitución y México y garantizó que su trabajo se realizará siempre con mesura para demostrar que “México sí puede ser un país de leyes y una patria con justicia para todos”.
Así concluyó un debate por casi cinco horas en la Cámara Alta, en la que la oposición de izquierda trató una y otra vez de rechazar que Eduardo Medina Mora pudiese llegar a esta silla en la SCJN. La mayoría rechazó dos mociones que enarbolaran los perredistas Luis Sánchez y Dolores Padierna.
A favor los senadores del PRI, Omar Fayad y del PAN Fernando Yunes, subrayaron la trayectoria en el servicio público de quien hasta hoy fuera embajador de México en Washington. Además, sostuvieron que solamente impugnar a este personaje era una suerte de ninguneo a los otros dos aspirantes.
Estos últimos, Fuentes y Hernández, subieron a la tribuna también para pedir el apoyo de los legisladores enalteciendo todo el tiempo el proceso que los declaró elegibles para el cargo dentro de la Comisión de Justicia.
Roberto Gil, presidente de este órgano legislativo, recalcó en su oportunidad que al final del camino, el nuevo ministro de la Corte no le deberá el puesto ni al presidente Enrique Peña Nieto ni a la mayoría del Senado, sino que a partir de hoy tiene un mandato de la República para cumplir con esta responsabilidad en donde no se admitirá que se aparte de esta obligación por razones de índole partidario.