Beatriz González Rubín
“Soñó ser una mezcla de Evita Perón y Gabriela Mistral, por
aquello de la maestra rural entregada a los niños, pero la cruda
realidad de la política la acerca más a la Doña Bárbara de
Rómulo Gallegos”
Arturo Cano
Desde 1989 es la cabeza del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y tal parece que su poder es ilimitado.
Nació en Comitán Chiapas el 6 de febrero de 1945, empezó a dar clases a los doce años, participando en campañas de alfabetización de indígenas en la sierra de Chiapas. Profesora normalista; maestra de escuela primaria de Historia, Elba Esther Gordillo empezó a trabajar en la lucha sindical desde 1970 cuando ingresa al SNTE y al PRI. Carlos Salinas de Gortari la nombró Secretaría General del Sindicato. Ha sido senadora y diputada, coordinadora de la bancada de diputados del PRI y delegada en el Distrito Federal.
El SNTE es su coto de poder y desde que se encuentra ahí, gran parte de su familia ocupa puestos importantes en el sindicato, obteniendo los beneficios del nepotismo que ejerce sin la menor vergüenza.
Se dice (y se nota) que lleva una vida de lujo y que ejerce su poder pese a quién le pese. Es dueña de varios inmuebles en zonas residenciales del Distrito Federal. “De acuerdo con documentos del Registro Público de la Propiedad y del Catastro de la Ciudad de México consultados por Reforma, la lideresa y su familia son propietarios de por lo menos cuatro departamentos y seis casa en Polanco y las Lomas. Un ejemplo el es penthouse de más de siete millones de pesos ubicado en el número 7 de Galileo, en Chapultepec” (1)
Hace tiempo llegó a mis manos el libro “Los brujos del poder” de José Gil Olmos, donde el autor narra historias de terror sobre la maestra, entre ellos un ritual que realizó en África para lograr dominar a Zedillo que la tenía amenazada. Según cuenta el texto, la brujería tuvo éxito y ella continuó y reforzó su poder. El trabajo costó 45 mil dólares y algo mucho más caro, la vida de su nieto según lo narra el autor.
Sea cierto o no, lo que es un hecho es el poder que ostenta la Secretaria del SNTE, la mujer ejerce un dominio implacable y hace lo que se le da la gana.
Miles de maestros viven en la pobreza, paralizan la ciudad de México y agreden a autoridades y civiles (situación que repruebo) para ser escuchados, mientras su lideresa visita importantes tiendas de Mazaryk para seguir ampliando su guardarropa, viaja por distintas partes del mundo hospedándose en los mejores hoteles y comiendo en los restaurantes de moda.
¿Alguien será capaz de terminar con el poder de esta mujer? ¿Nos tocara ver el fin de su desvergüenza?
Al terminar esta nota llego a la conclusión que titule mal mi colaboración: el poder no lo tiene la educación, lo tiene la lideresa de los maestros que lo último que hace es ver por su gente, que durante más de tres sexenios se ha dedicado a enriquecerse a costillas de los que se supone que defiende, por los que tiene que velar. Pero ¿de qué me extraño? Esto es el pan nuestro de cada día.
(1) http://www.unafuente.sinembargo.mx/19-12-2006/denuncia-reforma-lujos-y-riquezas-de-elba-esther-y-sus-allegados/