En una comida de trabajo privada para para los cinco miembros más poderosos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la conversación derivó hacia la cuestión de quién será el próximo secretario general de la ONU.
Un embajador europeo recordó a sus colegas una resolución de la Asamblea General, casi tan vieja como la organización fundada hace 70 años. Se trata de una hoja de ruta para el proceso de selección de jefe, que se ha mantenido secreto y casi por completo entre hombres. La resolución de enero de 1946 dice que el puesto de secretario general de la ONU debe ocuparlo “hombre de eminencia y grandes logros”.
Quizá, dijo el embajador, alguien podría querer añadir las palabras “o una mujer”. La especulación comienza en torno a quien será el próximo secretario general de la ONU
Desde luego. Apenas tres candidatas se han considerado en varias décadas de votaciones a puerta cerrada y sondeos preliminares empleados por el Consejo de Seguridad para tomar la decisión. Pero ahora, dos campañas tratan de asegurarse de que el próximo líder es una mujer.
“Ha habido ocho hombres y ninguna mujer. Para mí, ya es hora”, dijo Jean Krasno, profesora de Yale y que lidera la Campaña para Elegir a una Mujer Secretaria General.
El actual secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, seguirá en el cargo hasta el 31 de diciembre de 2016, pero las conversaciones sobre su sucesor ya están en marcha, especialmente entre expertos en la ONU que han llegado a revisar la caligrafía en las papeletas tras las encuestas extraoficiales del Consejo. Se espera que el sucesor de Ban se elija a finales del año que viene, aunque no hay una fecha oficial.
El domingo, la campaña lanzará el sitio web WomanSG.com para destacar en torno a una docena de mujeres que considera posibles candidatas sobresalientes y con experiencia políticas. Cada pocas semanas se añadirá otro grupo de posibles candidatas.
Además, el mes que viene se lanzará la similar Time for a Woman, del grupo internacional sobre los derechos de la mujer Equality Now. Esa campaña instará al público a presionar a la ONU y a sus estados miembros para que hagan del “género una consideración serie por primera vez”, indicó la asesora legal del grupo, Antonia Kirkland.
Algunas de las mujeres a las que mencionan son Helen Clark, ex primera ministra neozelandesa y jefa del Programa de Desarrollo de la ONU; la comisaria europea búlgara Kristalina Georgieva; la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite; la primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt; y la presidenta chilena, Michelle Bachelet.
“Y obviamente, podrían tener alguna clase de sueño en torno a (la canciller alemana) Angela Merkel”, dijo Laura Liswood, secretaria general del Consejo de Mujeres Líderes Mundiales, que agrupa a 53 jefas de estado y de gobierno en funciones o retiradas y que no forma parte de ninguna de las dos campañas.
Otro nombre que se propone es el de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, aunque es una opción improbable al ser francesa. Tradicionalmente no se consideran candidatos de los miembros permanentes del consejo: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China.
El tema está ganando relevancia, mientras organizaciones de mujeres de todo el mundo se reúnen esta semana en Naciones Unidas para la cumbre de la Comisión sobre el Estado para la Mujer y otros actos paralelos a los que acudirán Hillary Rodham Clinton o Melinda Gates.
En el mundo hay ahora menos de 20 mujeres jefas de estado y gobierno, y las mujeres suponen en torno a un cuarto de los altos cargos del secretariado de la ONU.
Como ocurre con la carrera por la presidencia de Estados Unidos, la de la secretaría general de la ONU es amplia en tiempo y especulaciones, como indicó la comida de la semana pasada, relatada por una fuente de Naciones Unidas conocimiento directo del encuentro pero que habló bajo condición de anonimato para referirse a una conversación privada.
La tradición dicta que las regiones del mundo se turnan en el puesto, aunque la Carta de Naciones Unidas no dice nada de eso. Este podría ser el turno de Europa del Este, que nunca ha ocupado el cargo. La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, ya es una favorita en las especulaciones, con una nominación de su nativa Bulgaria.
Pero además de las peticiones para poner a una mujer al cargo, circulan las llamadas de alto nivel para reformar el proceso de selección en general, lo que daría pie a tener una oferta más amplia de candidatas de todo el mundo.
La campaña 1 for 7 Billion (1 por 7 mil millones), lanzada el año pasado con apoyo de docenas de organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional, aborda las frustraciones de muchos de los 193 miembros de la ONU, que dicen tener poca influencia en la designación. El Consejo de Seguridad, dominado por sus cinco estados miembros y su derecho a veto, prácticamente propone un único candidato para aprobación de todos los miembros de la Asamblea General.
La campaña pide más transparencia y participación pública para dar con el mejor candidato, “al margen de su país de origen”. Aunque esta iniciativa no pide concretamente una secretaria general, sí señala que ninguna mujer ha ocupado el cargo.