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Beatriz Gonzalez

El Teletón y los mexicanos.

By diciembre 6, 2010No Comments

Hasta lo que no comes� te hace daño.

El sábado 4 de diciembre se realizó la treceava edición del Teletón en México, finalmente se logró recaudar el monto que se esperaba reuniendo 446,851,910 millones de pesos, dinero que será utilizado para la construcción de dos CRITS mas, uno en el Distrito Federal y el otro en Puebla. Intensas semanas de recaudación, especialmente desde el inicio de la transmisión el viernes por la noche, para concluir el domingo en la madrugada.

Uno de los grandes fenómenos de nuestra época que hizo presencia en el evento, es la impresionante actividad de las redes sociales como Twitter y Facebook. Durante horas miles twitteros vaciaban sus opiniones en la red. Desde aquellos acérrimos enemigos del evento, que alegaban que no servía mas que para deducir impuestos de Televisa, que todo era un fraude, una buena manera de lavar dinero, hasta aquellos creyentes que abogaban por la donación y por la solidaridad.

Debo reconocer que no soy experta en finanzas y mucho menos en cuestión de impuestos, se que se puede deducir hasta el 7% del monto donado. Me supongo que hay gente que prefiere ver su dinero en una labor social que en un sueldo de cualquier diputado de nuestro país.
Lo que más me sorprende ante estos eventos es la deshumanización de la gente. Nos hemos vuelto seres individualistas incapaces de reconocer la necesidad del otro. Nos molestan programas sociales, que nosotros suponemos sólo sirven para los planes más oscuros de algún ser maligno y definitivamente estos planes siempre tienen que ver con dinero.

¿Qué nos está pasando? Vivimos en un mundo cada vez más difícil que se ha vuelto peligroso, incierto, inseguro y definitivamente deshumanizado. Adjetivo contradictorio en una raza que se hace llamar â??Ser humanoâ?.

Nos quejamos de nuestras miserias, de nuestra falta de dinero, de la escasez de tiempo, de la violencia del â??otroâ?, del terrible desempeño del gobierno, de la inseguridad, de los asaltos, de las calles, del vecino; en pocas palabras nos quejamos de todo.

No pido que dejemos de preocuparnos por la situación, pero es un hecho que es más efectivo ocuparse. Hay seres privilegiados, la mayoría de los que estamos leyendo estas letras, por ejemplo, que tenemos la capacidad de movernos, de valernos por nosotros mismos, de exclamar nuestro descontento, simplemente, podemos leer este texto, lo que quiere decir que de alguna manera tenemos acceso a la red y por lo tanto formamos parte de esa minoría que no vive en la miseria extrema.

Mi madre, una mujer sabia, que siempre tenía un dicho para toda situación, exclamaría ante la actitud de todos aquellos críticos acérrimos del Teletón: â??Hasta lo que no comes te hace dañoâ?. Están en su derecho de no aportar, están en su derecho de estar en contra del movimiento, pero si no ayudan, no estorben.

Vivimos en un país lleno de necesidades, con gente que vive en pobreza extrema, con ancianos abandonados en asilos, con niños que vagan por las calles pidiendo una moneda, con jóvenes sin futuro que calman su hambre con activo� está bien, no ayudemos al Teletón pero hagámoslo con alguien más. Tener una causa, comprometerse con ella, mirar mas allá de nuestra realidad, nos hará mejores personas capaces de sacar a este maravilloso país adelante, un país que muere un poco cada día y no sólo por las autoridades, sino por la indiferencia de todos aquellos que nos hacemos llamar mexicanos.

Beatriz González Rubín

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