Juro que Elba Esther Gordillo tiene todavia mucho que decir pero parece que las autoridades le van a dejar morir y pudrirse en la carcel.
Sabemos del poder y la opulencia en la que vivió Elba Esther Gordillo, otrora dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el más numeroso de América Latina, antes de que fuera detenida por “operación con recursos de procedencia ilícita”.
La imagen de Elba Esther Gordillo estaba tan deteriorada que su arresto es, sin duda, una de las pocas acciones que han sumado puntos a la hoy decaída popularidad del presidente Peña. Poco se sabe, sin embargo, de la historia de deslealtades e, incluso, traiciones de quienes en los tiempos de esplendor le tiraban incienso a la maestra.
Los familiares de Elba Esther Gordillo, callados durante más de dos años y medio con la esperanza de que saliera de la cárcel, comienzan a hacer revelaciones que dejan mal parados a los que antes la cortejaban.
René Fujiwara, nieto de Elba Esther Gordillo, publicó, en redes sociales una reflexión de lo que ha vivido, bajo el título de Los dos rostros del poder.
Allí cuenta cómo “todos en la clase política” se olvidaron de que algún día habían compartido mesa con su abuela.
“Los gobernadores, en su mayoría, parecían olvidarse de los abrazos y cumplidos. Los líderes de opinión, las charlas y comidas….”, dice.