Hay pocas dudas de que el representante de la oposición derechista, Sebastián Piñera, ganará la primera ronda de la elección presidencial el próximo domingo, ante lo cual el candidato oficialista Eduardo Frei parece enviar guiños a la izquierda para conquistar sus votos en la segunda vuelta y definitiva el 17 de enero. Frei, un ingeniero civil de 67 años, divulgó el sábado su programa en materia de derechos humanos, acompañado de la madre de la presidenta Michelle Bachelet, Angela Jeria, en el que se compromete a anular la ley de amnistía, legada por el pasado régimen militar.
La anulación o derogación de la ley de amnistía, que cubre el período septiembre de 1973 a abril de 1978 –época de los mayores abusos de la dictadura del fallecido general Augusto Pinochet–, son un anhelo del Partido Comunista (PC), cuyo candidato presidencial, el ex ministro socialista Jorge Arrate, ha llamado a formar un frente político para evitar la llegada al poder de Piñera tras la segunda vuelta. Frei, senador demócrata cristiano y ex presidente (1994-2000), también prometió terminar con la Ley Antiterrorista, otro legado de la dictadura, que el gobierno de Bachelet ha aplicado contra los dirigentes mapuches encarcelados que luchan por la recuperación de sus tierras ancestrales. La norma permite largos períodos de incomunicación, testigos sin rostro y endurece las penas en hasta tres grados.
La anulación o derogación de ambas leyes son una aspiración frustrada de extensos sectores izquierdistas más allá del PC, y de las familias de los 3.197 opositores muertos por la dictadura, y de los 28.000 ex presos políticos, según cifras oficiales. La encuesta de noviembre del Centro de Estudios Públicos (CEP) da por ganador el domingo 13 al multimillonario Piñera, con un 36%, seguido de Frei, con 26%, y en tercer ubica al candidato independiente y ex socialista Marco Enríquez-Ominami, con 19% y Arrate, con 5%.
Para triunfar en primera vuelta se requiere un 50% más uno de los votos. En la segunda ronda Piñera ganaría a Frei por 43 a 37% según esa encuesta. Si el rival del empresario fuera Enríquez-Ominami, Piñera también ganaría con el 40% contra a 37%. El compromiso de Frei en temas de derechos humanos puede atraer a un porcentaje del electorado de Enríquez-Ominami, un díscolo diputado de 36 años que se lanzó a la carrera presidencial luego que su partido socialista le prohibió participar en las primarias que eligieron a Frei como el candidato oficialista.
Algunos analistas locales no descartan la sorpresa de que Enríquez, hijo de un líder guerrillero muerto en un enfrentamiento con militares en octubre de 1974, pase a la segunda vuelta. Para que Frei o Enríquez puedan enfrentar con éxito a Piñera, necesitan los votos de sus contendores izquierdistas.
Arrate está dispuesto a llamar a votar por cualquiera de los dos centroizquierdistas que deba medirse en enero con Piñera, pero Enríquez-Ominami se niega –hasta ahora– a pronunciarse si está dispuesto a apoyar a Frei, a quien a calificado como uno más de los personajes anquilosados en la política chilena.