Llego la hora, los estadounidenses pueden erigir un monumento al poder del Partido del Té (Tea Party) o grabar la tumba del movimiento político.
El resultado de las elecciones de mitad de periodo podrá validar al Tea Party como una fuerza nacional, o provocar que tanto demócratas como republicanos empiecen a dudar del impacto del movimiento. Pero, vivo o muerto después de las elecciones, el movimiento se ha ganado un lugar en la historia.
El movimiento nació de la frustración y la ira con el establishment político y se subió en la ansiedad económica. Ahora rebosa con la esperanza de la victoria electoral en las elecciones de mitad de periodo