La empresa mexicana Grupo Cementos de Chihuahua (GCC) en 2005 suscribió con Compañía de Inversiones Mercantiles SA (Cimsa) un convenio, creando la sociedad de inversión Soboce, sociedad que en 2008 llega a su fin, pero GCC no honra el convenio firmado en 2005 y vende su parte accionaria a un tercero, cuando Cimsa tenía prioridad en la compra de dichas acciones.
Desde 2010 GCC y Cimsa han demostrado sus argumentos al respecto de dicha falta de ejecución de convenio comercial, siendo el Tribunal de la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial (CIAC), quien en 2015 diera la razón a la empresa boliviana Cimsa que dirige Samuel Doria Medina, sentenciando a GCC a pagar 36 millones de dólares más gastos jurídicos a Cimsa.
El fallo del arbitraje comercial dictado por el CIAC de Nueva York fue hace unas semanas ratificado por una corte federal de Colorado, pero es el momento en que Cementos de Chihuahua continúa negando el pago de lo señalado en 2015, y ya la deuda supera los 46 millones de dólares. La empresa mexicana puede ser embargada en sus bienes radicados en Estados Unidos, como lo son algunas plantas de cementos y concretos.