Los líderes del gobierno comunista chino prometieron el jueves mantener la estabilidad en el oeste del país, en su primera declaración sobre los disturbios por motivos étnicos que dejaron más de 150 muertos. Asimismo acusaron a fuerzas del exterior de haber orquestado la violencia.
Una reunión urgente del Comité del Politburó, encabezada por el presidente Hu Jintao, exhortó a los miembros y funcionarios del Partido Comunista a movilizarse para restablecer el orden, a la vez que prometió castigos a los amotinados e indulgencia para los participantes que hubiesen sido engañados por agitadores.
“Preservar y mantener la estabilidad general de Xinjiang es hoy la tarea más urgente”, dijo el Politburó, según la agencia noticiosa oficial Xinhua.
Las fuerzas de seguridad patrullaban la tensa capital de Xinjiang, Urumqi, después de los peores estallidos de violencia por motivos étnicos en décadas, mientras los residentes intentaban reanudar su rutina diaria.
Carteles rojos pegados frente a edificios de departamentos advertían “No escuchen rumores” y “Mantengan la calma y el orden público”.
Turbas de chinos de la etnia han, el grupo étnico dominante en China, saludaron ruidosamente el paso de numerosos policías en camiones con carteles que rezaban “Debemos derrotar a los terroristas”.
Con la ciudad aparentemente controlada, la próxima prueba para el gobierno sobrevendrá el viernes, cuando un gran número de musulmanes de la etnia uigur se reunirán para sus plegarias semanales.
Obul Hashim Haxim, el imán en la mezquita Liu Daowan, dijo que se rezarán las oraciones y se discutirá la violencia.
Las autoridades han dicho que 156 personas murieron y más de 1.100 resultaron heridas cuando los uigures protestaron el domingo en la ciudad por la muerte el mes pasado de trabajadores uigures en el sur de China.
Los uigures dicen que las fuerzas de seguridad acribillaron a tiros a muchos de los manifestantes el domingo. Las autoridades todavía no han dicho cuántos de los muertos eran uigures