El dinosaurio quedó enterrado en una duna de arena que se derrumbó, quizá hace unos 185 millones de años, y posiblemente era herbívoro y uno de los parientes más viejos de los enormes animales conocidos después como saurópodos, según un reporte de investigación presentado en la edición del martes de la gaceta PLoS One, de la Biblioteca Pública de Ciencia estadounidense.
La especie bautizada como Seitaad ruessi tenía entre tres y 4,5 metros (10 a 15 pies) de largo y de 90 centímetros a 1,2 metros (tres a cuatro pies)de alto.
Sus huesos sobresalían de una piedra arenisca en la base de un precipicio, debajo de una vivienda antigua de los indígenas anasazi, también incrustada en las rocas.
Los humanos surgieron mucho después que los dinosaurios, pero los investigadores creen que los huesos podrían haber estado a la vista cuando los primeros indígenas vivieron en la zona.
El nombre Seitaad viene de “Seit’aad”, un monstruo de arena que enterraba a sus víctimas en las dunas, según una leyenda de los indios navajos, dijeron los investigadores.
La otra parte del nombre, ruessi, es un homenaje al poeta y naturalista Everett Ruess que desapareció en el sur de Utah en 1934.
Entender cómo vivieron los dinosaurios y cómo los afectaron los cambios en su ambiente es importante para entender el mundo y sus cambios ahora, dijo Mark Loewen, paleontólogo en el Museo de Historia Natural e instructor en el Departamento de Geología y Geofísica en la Universidad de Utah.
Al esqueleto, muy bien conservado para su antigüedad, le falta la cabeza, un dedo de las patas y el hueso inferior de la mandíbula, dijo Loewen aunque aclaró que la erosión podría haber sido un factor en su desaparición.
El nuevo dinosaurio es similar a otros sauropodomorfos, un suborden de dinosaurios, que han sido encontrados en Sudamérica y el sur de Africa, y que también eran vegetarianos, dijo Loewen. Pero Seitaad tenía una garra en sus extremidades delanteras, lo que sugiere que podría haberla usado para defenderse.